En la vibrante escena musical brasileña de los años 70, A Barca Do Sol surge como una propuesta original y cautivadora. El grupo nace en 1973 en Río de Janeiro, una ciudad repleta de ritmos y géneros que se entrelazan y florecen. Formado por Nando Carneiro (guitarra y vocal), Jacques Morelenbaum (violoncelo), Marcelo Costa (percusión), David Ganc (flauta y saxo), Ricardo Vilas (vocal y guitarra), Muri Costa (vocal y guitarra) y Ronaldo Fróes (teclados), A Barca Do Sol consigue generar una simbiosis entre la música popular brasileña, el folk y el rock progresivo.
El nombre A Barca Do Sol (La Barca del Sol) ya invita a imaginarse un viaje sonoro que desafía lo convencional. La banda destaca por buscar nuevas sonoridades, experimentando con instrumentos tradicionales y modernos. Sus composiciones reflejan una profunda influencia de la música popular brasileña (MPB), enriquecida con elaborados arreglos instrumentales y poéticas letras. La lyra y el violoncelo, instrumentos poco comunes en bandas de rock, agregan un matiz distintivo a sus melodías.
En 1974, A Barca Do Sol lanza su álbum homónimo debut, una obra que capta la atención tanto del público como de la crítica especializada. Temas como Mestre Jonas y Caboclo se vuelven rápidamente populares por su lírica evocadora y melodías complejas.
El camino hacia la consolidación del grupo prosigue con el lanzamiento de su segundo trabajo discográfico, "Durante o Verão" (1976), un álbum que explora temáticas existenciales
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Não faça nada, não faça ruído
Você precisa aprender de ouvido
Eu sou o fantasma do fim de semana
O espaço é a roda e eu sou a caçamba
E ainda mais
Você é um coitado de porta estandarte
Daquilo que eu via na boca dos outros
Não sonha mais
Ouviu
O ronco dos clarins
E diz q só sabe sambar
Tem um bandido no sono, pesadelo
Tem uma sombra que aponta no espelho
Mas não se comova
Nem vá ao cinema
Tem sempre uma pedra no seu melodrama
Não diga mais que é feito de ferro
Que encara o barulho
Que dança o sambinha enquanto ele dura
Mas volta atrás
Depois que o jogo terminar
Depois que a fogueira queimar