El viaje de Denis Elias en el mundo de la música inicia en una pequeña localidad de Portugal. Crecido en un entorno de profunda fascinación musical, Denis mostró a temprana edad un talento natural que presagiaría su futura carrera. Su interés inicial arrancó con el piano, un instrumento que aprendió a tocar de manera autodidacta antes de recibir lecciones formales.
Durante la adolescencia, Denis amplió su repertorio instrumental para incluir la guitarra y el violín, lo que no solo le permitió dominar múltiples estilos musicales, sino también comprender la estructura musical desde diferentes perspectivas. Estos años formativos fueron cruciales para el desarrollo de su distintivo estilo. Su mentor, un renombrado profesor local, reconoció su talento innato y le aconsejó explorar la composición y la teoría musical en profundidad.
Su carrera profesional despegó en sus veintes, cuando decidió mudarse a Lisboa, la bulliciosa capital de Portugal, en busca de mayores oportunidades. Allí, formó parte de varias bandas locales, destacando siempre por su habilidad para la composición de melodías pegajosas y letras significativas.
El verdadero punto de inflexión llegó cuando lanzó su primer álbum en solitario, titulado “Caminos Inciertos”. Con una mixtura de baladas emotivas y ritmos contagiosos, el disco rápidamente se ganó el favor de una amplia audiencia. Las críticas fueron unánimemente positivas, destacando su habilidad para conectar con las emociones del oyente.
El éxito de su álbum debut catapultó a Denis a la fama. Pronto comenzó a recibir
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Me tomo un café con tu ausencia
Y le enciendo un cigarro a la nostalgia
Le doy un beso en el cuello a tu espacio vacío
Juego un ajedrez con tu historia
Y acaricio la espalda a la memoria
Seduciendo al par de zapatos azules que olvidaste
Y charlo de política con tu cepillo de dientes
Con visión tan analítica, como cuando te arrepientes
Realmente no estoy tan solo
¿Quién te dijo que te fuiste?
Si aún te encuentro cocinando
Algún recuerdo en la cocina
Cuanta sombra que dibuja la cortina
Realmente no estoy tan solo
¿Quién te dijo que te fuiste?
Si uno no está donde el cuerpo
Sino donde más lo extrañan
Y aquí se te extraña tanto
Que sigues aquí
Sin ti, conmigo
¿Quién está contigo?
Si ni siquiera estás tú
Sí, señor
La mismísima
Vieja guardia
¡Denle!
Te veo obstinada en hacer tu maleta
En borrar, al marcharte, una vida completa
En tirar tierra al fuego por querer apagarlo
En dejar nuestro mundo, querer olvidarlo
Se te ve decidida y no quieres pensarlo
Te encuentras herida y te duelo aceptarlo
Si tú no te fueras y tú me escucharas
Si, a pesar de todo, tú me perdonaras, me perdonaras
Si no te marcharas, si tú comprendieras que errar es humano
Si tú me creyeras que yo aún te amo
Si tú comprendieras que errar es humano
Y que yo aún te amo
¡Venga!
Sabías que te quería
Que sin ti todo lo perdería
No, no, no, no, no, no
No lloro solo por llorar
Queda la vida entera por reír
Si les dice que sí
Que fácil le resulta decir que no
Sueño y me parece que estás despierta
Y tú no me dejas en paz
¿Por qué vuelves?
A meterte en mi pensamiento
Acabar con la poca fe que me queda
Para vivir
Y es que tú no sabes
Para qué sirven los sentimientos de otra persona
Tú no sabes eso, pa’ qué sirve eso
Tú no sabes querer
No, no se trata de culpar
Ni de ver quién posee más
[?] En el amor
Es solo una cuestión de fe
Esta tarde resolver
Los conflictos del amor
Aquí está mi corazón
Dispuesto a pedir perdón
Dispuesto a morir por ti
Si fuera necesario
Aquí estoy yo
Enamorado, arrepentido
Con ganas de besarte ahora mismo
Yo, el que te extraña, el que te ama
El único al que verdaderamente amó
Y tú has querido
Aquí está mi corazón
Dispuesto a pedir perdón
Dispuesto a morir por ti
Si fuera necesario
Aquí estoy yo
Enamorado, arrepentido
Con ganas de abrazarte ahora mismo
Yo, el que te extraña, el que te ama
El único al que verdaderamente amó
Y tú has querido
¿Cómo te atreves a mirarme así?
A ser tan bella y encima sonreír
Mía, hoy serás mía por fin
Cierra los ojos, déjate querer
Quiero llevarte al valle del placer
Mía, hoy serás mía por fin
Déjate robar el gran secreto de tu piel
Déjate llevar por tus instintos de mujer
Entrégate, aún no te siento
Deja que tu cuerpo se acostumbre a mi calor
Entrégate, mi prisionera
La pasión no espera y yo no puedo más de amor
Déjate robar el gran secreto de tu piel
Déjate llevar por tus instintos de mujer
Entrégate, aún no te siento
Deja que tu cuerpo se acostumbre a mi calor
Entrégate, mi prisionera
La pasión no espera y yo no puedo más
De amor