Nana para abrazar a Celia
Sé unas pocas cosas, no muchas, suficientes,
que a veces estás triste y no hay quien te consuele,
esas tardes te miro y apenas te das cuenta
de la mano tendida que pretende estrecharte
del hombro que a tu cabeza está ofreciendo tu padre.
Sé que quien te haga daño, jamás será mi amigo
y que quien te valore, te respete y, te quiera
será mi camarada, en la paz y en la guerra.
No presumo jamás de lo hermosa que eres
pero, hay veces, muchacha, que sin que tú lo sepas
te celebro una fiesta, te regalo un poema.
De los años vividos, no deshecho ninguno
y tras estos veinte, considero oportuno,
que lo mejor de todo llegue a tus veintiuno.