En la vibrante ciudad de Alicante, España, surgió a finales del siglo XX una banda que marcaría un hito en la escena punk-rock nacional. Konsumo Respeto, con su mezcla de música enérgica y letras comprometidas, ha sabido conquistar los corazones de aquellos que buscan un escape en la música y un mensaje en las palabras. Esta biografía se sumerge en la apasionante historia de la banda, sus hitos y su legado.
Formada en 1999, Konsumo Respeto nació de la unión de un grupo de amigos con una pasión compartida por la música. La formación original incluía a Jesús (voz y guitarra), Albert (guitarra), Carlos (bajo) y Kiko (batería). Desde un comienzo, la banda se destacó por su espíritu DIY (Do It Yourself), llevando a cabo sus propias grabaciones y organizando conciertos en el circuito underground.
La música de Konsumo Respeto se caracteriza por su fusión de punk-rock con elementos de folk y ska. Este enfoque ecléctico les permitió diferenciarse de otras bandas del género, atrayendo a un público diverso. Con letras que abordaban desde la crítica social hasta experiencias personales, la banda se estableció rápidamente como una voz auténtica y relevante en la escena musical.
En 2002, Konsumo Respeto lanzó su primer álbum, "Ahora Que Se Ha Ido El Sol". Este trabajo, grabado de manera independiente, recibió elogios tanto de la crítica como de los fanáticos. Canciones como "Sexo en el Balcón" y "Historias
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Hoy metido en descontrol, con la unica obsesion
de no pensar en nada malo.
Bien, sumido en el alcohol, bordando el vómito
la situacion que hemos creado.
Sin razon para llorar, se olvida el malestar
al que estamos acostumbrados.
Rebeldia pasional, locura sin piedad
y el corazón algo agitado.
No cuesta nada decir sin pensar
hoy las palabras salen sin más.
No cuesta nada y hay que arriesgar
puedes perder o puedes ganar.
Voy, aún quiero mucho más, ya cuesta caminar,
la mente ya se está nublando.
Surge la sinceridad, enfrento al bien y al mal
y no aparece el desencanto.
Sé, siempre no puede ser, descansa alguna vez
que tanta diversión no es sano.
Pero, sigo, estoy en pie, que si, que puede ser
que te acabas acostumbrando.