"No te dispares en los pies" es una de esas bandas que emergen, casi por arte de magia, desde los callejones más recónditos de una ciudad. Formados en el año 2005 en la vibrante urbe de Buenos Aires, Argentina, el grupo inicialmente era un proyecto de amigos de la infancia que compartían una pasión inquebrantable por la música. Martín Arrieta (vocalista) y Lucía Pérez (guitarrista) se unieron con la idea de hacer algo diferente, algo que otros no se atrevieran a hacer.
La primera formación oficial de la banda se completó con Diego Fernández en el bajo y Mariana López en la batería. Con esta alineación, "No te dispares en los pies" empezó a tocar en pequeños bares y clubes, destacando por su fusión única de rock alternativo, punk y toques de música folclórica. Su estilo crudo y directo rápidamente captó la atención de un público joven y ansioso de nuevas sensaciones.
En 2007, publicaron su primer álbum, "Pasos Perdidos", una obra cargada de emociones y letras que resonaban con la juventud rebelde de la época. Temas como "Calle sin salida" y "No te vuelvas a ir" se convirtieron en himnos casi instantáneamente. Este álbum les permitió ganar notoriedad y comenzar a aparecer en festivales locales.
Con su segundo álbum, "Ecos del Silencio" (2010), la banda consolidó su lugar en la escena
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El peso de mi pedal
Tú voz ahogando mi garganta,
se desliza donde más quiere herir,
la siento pesando en mi espalda,
me impide moverme y seguir.
Tú eres mi muro,
eres el peso de mi pedal.
Yo sigo forzando la rueda,
al enredo en el que estás.
Tendremos que huir,
yo tomo el barco y tú el avion,
para llevarme los trocitos de lo que quedó.
Y así no me apuro
porque eres el peso de mi pedal.
Tendré que arrastrarte a mi rueda
y rodarte con los demás.
Y a un paso de no darme cuenta,
hay otro sabor sobre tí.
Me dejaste detras de la puerta
y en la fuerza no la pude abrir.
Un beso cerro la calma,
la culpa y la risa,
y te olvidaste de lo que
significabas para mí.
Secarme de poco tu escencia y
vestirme lo que te escribí.
Tu nombre pegado a mis yemas,
en las hojas enteras que vi.
Ya no quiero hablar de mis penas
y que fuerces mi pedal.
Veré que hacer con mi rueda,
tú quédate donde estás.
Y empiezo a borrar mis palabras
aunque tenga mucho más que decir.
La culpa queda en tus labios, que
no hicieron más que mentir.
Y miro hacia atrás tan distinto,
con culpa y con risa.
Y te olvidaste de lo que significabas para mí.
Y te olvidaste de lo que significabas para mí (x3).