En el vibrante panorama musical de finales de los años 90, un grupo irreverente y lleno de energía surgió para romper esquemas y desafiar convenciones: NoRecomendable. Originarios de un pequeño barrio en Madrid, España, estos jóvenes con almas artísticas y deseos de expresión encontraron en la música punk la voz que tanto necesitaban. Fundado en 1997 por Mario 'el Loco' (vocalista principal y guitarrista) y Raúl 'el Bestia' (bajista), se unieron rápidamente a ellos Sara 'la Fiera' en la batería y Lucas 'el Filósofo' en la guitarra rítmica.
Los primeros años estuvieron llenos de ensayos en garajes y pequeños clubes locales. Tocaban en cualquier escenario que les permitiera exponer sus frescos y provocadores acordes. Su sonido, una mezcla de punk clásico y letras contestatarias, capturaba la atención de una juventud ávida de cambios sociales. En 1999 lanzaron su primer EP, Desobediencia, con una recepción moderada pero prometedora. Canciones como ‘Nada es Sagrado’ y ‘Ciudad en Llamas’ resonaban con fuerza en el underground madrileño.
El nuevo milenio trajo consigo un rápido ascenso para NoRecomendable. Con la publicación de su primer álbum completo, Caos y Reacción en 2001, empezaron a ganar reconocimiento a nivel nacional. Este álbum incluyó éxitos icónicos como ‘Inmunes al Poder’, y ‘Resistencia Urbana’, los cuales se convirtieron en himnos de resistencia entre los fanáticos del punk.
Sin embargo,
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Sr. Sinceridad
No me busques no estare
no pretendas entenderme...esta vez
Saldre a la calle a caminar
no me digas toda la verdad
Señor sinceridad
Se que no t importare
y aun sigo siendo el efecto secundario
y ademas...
y me va
no me tienes que cuidar jamas
hay mucho que ganar
guardo lo mejor para el final
Señor Sinceridad
No me busques no estare
no pretendas entenderme...esta vez
Saldre a la calle a caminar
no me digas toda la verdad
Señor sinceridad
Se que no t importare
y aun sigo siendo el efecto secundario
y ademas...
y me va
no me tienes que cuidar jamas
hay mucho que ganar
guardo lo mejor para el final
Señor Sinceridad
Y no me digas que no puedo,
y no me digas que no puedo,
y no me digas que no puedo odiar