Oraciones es una banda que surge de un deseo genuino de explorar las profundidades del alma humana a través de la música. Fundada en 2011 por Rodrigo Estrada y Daniel Benítez en la Ciudad de México, el dúo se adentró en lo que ellos mismos describen como una experimentación sonora con tintes espirituales. Su nombre, Oraciones, refleja su compromiso de crear música que sirva como un puente entre lo terrenal y lo divino, ofreciendo a los oyentes algo más que una experiencia auditiva: una verdadera conexión emocional y espiritual.
El primer álbum de la banda, “Mantras en la Ciudad” (2012), sorprendió a la crítica y al público por igual. Con una mezcla ecléctica de sonidos electrónicos, letras introspectivas y una producción minimalista pero efectiva, el álbum convirtió a Oraciones en una sensación casi inmediata en la escena independiente mexicana. “Mantras en la Ciudad” no solo capturó la imaginación de sus oyentes, sino que también se convirtió en una pieza clave para comprender la evolución de la música electrónica en América Latina.
Su segundo álbum, “Ecos y Reflejos” (2014), consolidó su posición en la industria. Las canciones en este álbum exploraban temas como el amor, la soledad y la búsqueda espiritual, siempre con la característica mezcla de sintetizadores melancólicos y voces etéreas que se había convertido en su sello distintivo. Piezas como “El Espejo del Alma” y “Caminante Nocturno” se convirtieron en himnos entre sus seguidores, y
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Madre oyeme
MADRE OYEME
Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche
Madre guíame en la noche de mi juventud
Madre sálvame, mil peligros acechan mi vida
Madre lléname, de esperanza, de amor y de fe.
Madre guíame, en las sombras no encuentro el camino
Madre llévame, que a tu lado feliz estaré
Madre una flor, una flor con espinas que es bella
Madre una amor, un amor que ha empezado a nacer
Madre sonreír, sonreír aunque llore en el alma
Madre construir, caminar aunque vuelva a caer.
Madre solo soy el anhelo y la carne que lucha
Madre tuyo soy, en tus manos me vengo a poner
Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche
Madre guíame en la noche de mi juventud.