451 Fahrenheit
Cuatrocientos cincuenta y un Fahrenheit
y tú y yo ardemos tanto, en tu cama y en mi piel.
Es inevitable que volvamos a prender.
Tu mirada y mi mirada una vez más
vuelven a bailar al tempo y se funden al compás.
En un beso lento y suave sin final.
Y un nuevo vendaval solo consigue que la llama arda más.
Y ya nada la apaga.
Y todo el dolor y todo el miedo
se queman en el fuego de mi corazón.
Y todo el dolor y todo el miedo
se queman en el fuego de mi corazón.
Mi corazón, mi corazón, mi corazón.
En los días de aquel letargo sin fin,
Descubriendo la manera de cómo sobrevivir.
Entre las cenizas que dejaste, renací.
Cuatrocientos cincuenta y un Fahrenheit
y tú y yo ardemos tanto, en mi cama y en tu piel.
Era inevitable y nuestra cama empieza a arder.
Y un nuevo vendaval solo consigue que la llama arda más.
Y ya nada la apaga.
Y todo el dolor y todo el miedo
se queman en el fuego de mi corazón.
Y todo el dolor y todo el miedo
se queman en el fuego de mi corazón.
Mi corazón, mi corazón, mi corazón.
Y un nuevo vendaval solo consigue que la llama arda más.
Y ya nada la apaga.
Y todo el dolor y todo el miedo
se queman en el fuego de mi corazón.
Y todo el dolor y todo el miedo
se queman en el fuego de mi corazón.
Mi corazón, mi corazón, mi corazón.