Victor Chaves Zapalá Pimentel y Leonardo Chaves Zapalá Pimentel, conocidos artísticamente como Victor e Leo, son hermanos nacidos en el pequeño municipio de Abre Campo, en Minas Gerais, Brasil. Desde una temprana edad, mostraron interés y talento en la música, algo muy natural en una familia donde la música siempre ocupó un lugar importante.
Durante su adolescencia, inspirado por el sonido autóctono de Brasil, Victor comenzó a tocar la guitarra mientras que Leo se enfocó en el canto. Esta combinación de talentos se tradujo en una sincronización increíble que los llevó a presentarse en fiestas locales y concursos musicales, donde rápidamente empezaron a ganar notoriedad.
En 1992, los hermanos decidieron mudarse a Belo Horizonte para tener más oportunidades en el campo musical. Fue aquí donde comenzaron a presentarse en bares y pequeños escenarios, trabajando arduamente para perfeccionar su estilo y ganar el respeto del público. Aunque inicialmente su repertorio incluía una variedad de géneros, fue el estilo "sertanejo" el que definiría su identidad musical.
Para 1997, sintiendo que Belo Horizonte no ofrecía suficientes oportunidades para el reconocimiento a nivel nacional, los hermanos se trasladaron a São Paulo. La metrópolis les ofreció un escenario más grande y exigente, pero también les proporcionó la oportunidad de grabar su primer álbum de estudio, aunque de manera independiente.
El verdadero punto de inflexión en la carrera de Victor e Leo llegó en 2006 con
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Lem casa toda festa ia pra cozinha
Despensa cheia: Mel, feijão, milho e farinha
E no calor do fogão à lenha e da viola
Ninguém que ali tivesse tão cedo ia embora
Quando nascia o Sol lá no sertão mineiro
Café com broa, queijo e requeijão caseiro
Lem casa anoitecia e eu dormia
Feito quem jamais queria despertar de tanta paz
Lem casa o céu era mais céu
E quando olho pras estrelas
Penso ouvir as vozes dos meus pais
Há muito tempo, que saudade de lem casa
Dos campos e do riachinho de água rasa
Em que na beira eu sentava pra pescar
Piaba fresca e muitos causo pra contar
Há tempos, que saudade de uma mineira
Amor que é verdadeiro dura a vida inteira
Lem casa anoitecia e eu dormia
Feito quem jamais queria despertar de tanta paz
Lem casa o céu era mais céu
E quando olho pras estrelas
Penso ouvir as vozes dos meus pais