En la vasta y rica tradición musical de Panamá, el nombre de Victorio Vergara resuena con fuerza y vitalidad. Nacido un 21 de febrero de 1944, en la pintoresca provincia de Veraguas, Victorio se convirtió en un ícono de la cumbia, ganándose el apodo de "El Tigre de la Candelaria". Su vida estuvo marcada por la pasión, el inconfundible entusiasmo por la música, y su eterno compromiso con sus raíces culturales.
Victorio Vergara Batista nació en un hogar humilde, donde desde muy pequeño comenzó a experimentar la hermandad y el calor humano que caracterizan a las familias latinas. Rodeado por ritmos folclóricos, Victorio mostró un precoz talento para la música. A los siete años, ya manejaba la guitarra con una maestría inusual para su edad. Sin duda, la música estaba en su ADN.
Creció escuchando a iconos de la cumbia y otras músicas tradicionales. Su abuela, una ferviente amante de la música, jugó un rol fundamental en su desarrollo artístico, haciéndole conocer a artistas como Tobías Plicet y José del Carmen Montenegro. Estos encuentros tempranos marcaron un punto de partida esencial en su carrera.
A finales de los años 50, Victorio decidió llevar sus talentos al escenario. Comenzó a presentarse en fiestas locales y ferias provinciales, donde rápidamente capturó la atención del público con su energía y carisma. Para 1961, fundó su primera banda: "Los Magníficos". Estos primeros ensayos con la popularidad le permitieron afinar su estilo y descubrir nuevas formas de conectar
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Hasta Que Dios Nos Separe
Hasta que Dios nos separe te seguiré amando mami, Hasta que Dios nos separe te seguiré amando mami, Nuestro amor es verdadero es muy puro es muy sincero, no se compra con dinero ni con las perlas del mar, cariñito de mi vida nunca te podré olvidar (Bis)
Amor es lo que yo siento por esa mujer bonita cuando estoy muy lejos de ella siento que Dios me la quita (Bis)
La naturaleza hizo que ella fuera muy bonita la llevo en mi pensamiento y quiero tenerla cerquita (Bis)
Del cielo bajo una estrella que Dios me mandó que es ella, Del cielo bajo una estrella que Dios me mandó que es ella (Bis)