Claudio Baglioni es uno de los cantautores más emblemáticos de Italia. Nacido el 16 de mayo de 1951 en Roma, Baglioni ha dejado una huella indeleble en la música italiana y en los corazones de sus seguidores a lo largo de varias décadas. Su estilo único mezcla melodías conmovedoras con letras poéticas, y ha logrado capturar la esencia de diversas épocas y emociones humanas.
Claudio Baglioni creció en el barrio de Centocelle, en Roma, en una familia humilde. Sus padres le inculcaron desde pequeño el amor por la música, llevándolo a desarrollar un talento innato que comenzó a florecer en su adolescencia. A la edad de 13 años, Baglioni ya estaba componiendo sus primeras canciones y participando en competencias locales.
Baglioni logró su primer contrato discográfico en 1969, con la publicación de su primer álbum "Un cantastorie dei giorni nostri". Aunque no fue un gran éxito comercial, le permitió empezar a ganar reconocimiento en la escena musical italiana. El joven cantautor comenzó a ser invitado a programas de televisión y a participar en festivales, lo que le dio una plataforma para mostrar su talento.
La década de 1970 marcó el despegue de la carrera de Baglioni. Su tercer álbum, "Questo piccolo grande amore" (1972), se convirtió en un éxito rotundo. La canción homónima del álbum fue votada como la "mejor canción del siglo" en Italia y catapultó a Baglioni a la fama.
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Yo
estaré contigo
ya sea junto a ti
como sin ti.
Tú,
tú no estarás
nunca sin mí
ni junto a mí.
Bajo tu piel
atrapas un deseo intenso,
y tú abrazada a mi espalda lisa, tú,
tú sobre mí,
señal sedienta sobre el cuello
y tenso el cuerpo, entero tenso, dentro.
Señal de luna y polvo en los cristales,
hay en tus ojos un sitio en que posar los míos.
Como chacales con uñas
de rapaces.
Sobre la piel labios que ven
que no hay
estrellas ni clemencia
en esta jaula.
Mañana no llegará,
la mañana no será.
Mañana nunca será.
Mañana no, no será,
la mañana no vendrá.
Mañana no será más.
Los dos jamás,
tan sólo tú y yo.
Nosotros no.
Tendido amor,
más que desnudos, desnudados,
y nuestra cama, fuego y nido, ardiendo.
Y la esperanza es una noche, algo larga,
en que no hay siquiera un rostro,
no queda un cuerpo, todo queda suelto.
La sensación de músculos sin fuerza.
Somos dos seres, un sólo abrazo extenuado.
Y el gusto es cosa
de piel
bajo la ropa,
nuestra cintura
medio muda,
piedra
seca.
Ojos de duda,
gesto gitano
Mañana no llegará,
la mañana no será.
Mañana nunca será.
Mañana no, no será,
la mañana no vendrá
Mañana, mañana
tú y yo moriremos
para ser de nuevo.
Mañana no llegará,
la mañana no será.
Mañana nunca será.
Mañana no, no será,
la mañana no vendrá.
Mañana no será más.
No hay mañana.