En la bella ciudad de Ponce, Puerto Rico, el 27 de julio de 1961, nació el talentoso Alex de Castro. Desde pequeño, mostró un amor profundo por la música que lo distinguiría a lo largo de su vida. Creció en un entorno lleno de influencias musicales, donde el ritmo y la melodía formaban parte de la cotidianidad. Su padre, cantante de música lírica, y su madre, profesora de música, fueron vitales en su formación temprana.
A medida que Alex avanzaba en su adolescencia, comenzó a participar en diversos festivales y concursos de canto. Su voz poderosa y emotiva no tardó en captar la atención de figuras importantes en la escena musical de Puerto Rico. Durante esta etapa, Alex no solo refinó sus habilidades vocales, sino que también desarrolló un interés por los diversos estilos y géneros musicales, incluyendo la salsa, la música romántica y el bolero.
El gran salto a la fama llegó cuando comenzó a trabajar con la renombrada orquesta de Frankie Ruiz en la década de 1980. Como parte de esta agrupación, Alex de Castro tuvo la oportunidad de recorrer varios países de América Latina y Estados Unidos, donde su voz pronto se convirtió en sinónimo de calidad y pasión. Sus interpretaciones de canciones como "La Rueda" y "Imposible Amor" se convirtieron en éxitos instantáneos, solidificando su reputación como uno de los mejores intérpretes de salsa de la
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Jamás he podido respetar esas extrañas leyes.
Jamás lo podré disimular,
luna vuela y hazme a mi volar.
Estás tan lejos de mí que a veces pienso que nunca te encontré.
Un mundo extraño, dormido, a punto siempre de estallar.
Digo que volveré, primero debo aprender a caminar.
Sin ti sobreviviré, muy lejos tu nombre me acompañará.
Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército;
nace luna fría, nace y hazme olvidar.
Mírame, soy provisional;
tú también y nadie te comprenderá.
Quédate un minuto más;
luna azul descansa y hazme descansar.
Correré y gritaré si realmente queda algo que gritar
Lucharé y conquistaré si en verdad queda algo por conquistar.
Hablar donde las palabras mueren; mis ojos llegan más allá;
soñar, trabajo de dioses; luna vuela y hazme a mí volar.
Extrañas leyes en un mundo extraño.
Como a una niña de verdad te encontré llorando