Alex Sirvent es un nombre que resuena con fuerza en la industria del entretenimiento en América Latina. Con una carrera multifacética que abarca la música, la actuación y el teatro, Sirvent ha dejado una huella indeleble en el corazón de sus seguidores. Su pasión y dedicación son evidentes en cada una de sus facetas artísticas, consolidándose como una figura icónica en el espectáculo. A continuación, exploraremos su viaje desde sus inicios hasta su consolidación como una estrella integral del entretenimiento.
Alex Sirvent nació el 18 de octubre de 1979 en la Ciudad de México. Desde una edad temprana, mostró un talento innato para las artes escénicas. Su familia, reconocida por su amor a la música y las actuaciones, fue un pilar fundamental en su formación artística. Inspirado por icónicos músicos y actores de épocas anteriores, Alex comenzó a soñar con un futuro en el que pudiera combinar estos dos mundos.
Su primer gran salto a la fama ocurrió en el mundo de las telenovelas, donde debutó en "Primer Amor... a Mil por Hora" en el año 2000. Su papel como 'Mauro' le permitió ganar el cariño del público juvenil, consolidándose como una de las promesas del género. Sin embargo, su ambición y talento no se limitaron a la actuación.
Déjame tan sólo
Cuento los momentos, cuentos las palabras, en que pude
decirte todo aquello que tú esperabas de mí.
Me carcome ahora el arrepentimiento y me quedó tan sola,
al darme cuenta cómo un tonto desmedido, cuánto te hice llorar,
sin embargo el orgullo pudo más.
Déjame tan sólo devolverte el tiempo, quiero enmendar
todo este sufrimiento, déjame tan sólo suplicarte a
besos, quiero demostrarte que sin ti me muero. Déjame
tan sólo excluir los miedos que yo provoqué con esos
tontos celos. Déjame de a poco ganar tu sonrisa, y
reconquistar de a poco tus caricias.
Qué difícil enfrentarme ahora en el espejo y con una
sonrisa que va dando al mundo, miradas que sólo preguntan por ti.
Sin embargo el Orgullo pudo más.
Déjame tan sólo devolverte el tiempo, quiero enmendar
todo este sufrimiento, déjame tan sólo suplicarte a
besos, quiero demostrarte que sin ti me muero. Déjame
tan sólo excluir los miedos que yo provoqué con esos
tontos celos. Déjame de a poco ganar tu sonrisa, y
reconquistar de a poco tus caricias.
El silencio en la noche, trato de ser fuerte, no consigo
librarme de este sentimiento.