Aline Kistenmacker Barros dos Santos, conocida artísticamente como Aline Barros, nació el 7 de octubre de 1976 en Río de Janeiro, Brasil. Desde muy joven, estuvo influenciada por el entorno musical de su familia, especialmente por su padre, Ronaldo Barros, quien también fue pastor evangélico. Aline creció en una familia dedicada a la música y la espiritualidad, lo que marcó profundamente su vida y su carrera.
Desde pequeña, Aline mostró un talento innato para el canto. A los dos años de edad, comenzó a participar en el coro de su iglesia. Esta precoz inclinación por la música religiosa le permitió ganar experiencia y fortalecer su voz. Aline dio su primer gran paso en la música a los 14 años, cuando fue invitada a cantar en el disco de la Comunidade Evangélica Vila da Penha, título que resultó ser su primer gran éxito, "Tua Palavra". Este evento marcó el inicio de una carrera llena de logros y reconocimientos.
En 1995, Aline Barros lanzó su primer álbum de estudio, "Sem Limites", que rápidamente ganó popularidad no solo en Brasil sino en varios países de habla hispana. Su estilo musical, mezcla de pop, rock y música gospel, capturó la atención del público y la crítica. Su segundo álbum, "Voz do Coração", consolidó su posición en la escena musical cristiana, gracias a éxitos como "Consagração" y "Fico Feliz".
La carrera de Aline está adornada con una serie de reconocimientos y premios.
Ver BiograFia Completa
Ricos y pobres
Hijos e hijas
Postrados ante a ti
Buenos y malos
Justos y injustos
Un día a Dios Verán
Y se postrarán
Reyes y sus reinos darán
Y adorarán a Cristo
El grande amor de Dios
Prados y Ríos
Invierno y verano
Adoran al Salvador
Santo y glorioso
Amigo del pobre
Por siempre Él reinará
Y se prostarán
Reyes y sus reinos darán
Y adoraran a Cristo
El gran amor
Infalible amor
El gran amor de Dios
Del mundo es la luz
Señor de la cruz
Y se postrarán
Reyes y sus reinos darán
Y adorarán a Cristo (y se postrarán)
Y adorarán a Cristo (y se postrarán)
Y adorarán a Cristo (y se postrarán)
El gran amor
Infalible amor
El gran amor de Dios