Gladys Muñoz nació en una pequeña localidad de Chile, en una familia con profundas raíces musicales. Desde temprana edad, Gladys mostró un talento innato para la música, algo que no pasó desapercibido para su familia y amigos. Con tan solo cinco años, comenzó a cantar en reuniones familiares y eventos locales, donde su voz y carisma la convirtieron rápidamente en una estrella en ascenso.
Con el paso del tiempo, Gladys comenzó a dedicar más tiempo a su pasión por la música. Durante su adolescencia, integró varias bandas locales, ganando reconocimiento en su comunidad y en las regiones aledañas. A los dieciocho años, decidió mudarse a Santiago para seguir una carrera profesional en la música. Tras varios intentos y muchas puertas cerradas, finalmente logró firmar un contrato con una discográfica independiente.
Su primer álbum, "Raíces de mi tierra", fue lanzado en 1995 y recibió críticas positivas tanto del público como de la prensa especializada. Las letras de sus canciones, llenas de sentimiento y autenticidad, resonaron profundamente con los oyentes y marcaron el inicio de una carrera prometedora.
Gladys Muñoz es conocida por su estilo único, una fusión de música folclórica chilena con elementos contemporáneos. Su habilidad para combinar instrumentos tradicionales como la quena y el charango con guitarras eléctricas y arreglos modernos ha sido una de las razones de su éxito continuo.
Con cada álbum,
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Mora en mi vida
Hoy te siento Señor,
Muy dentro de mi vida;
Y no puedo dejar de sentirte otra vez
Mientras tenga yo vida.
Porque grande... es el poder
Que rebosa en mi corazón,
Y con él me haces ver que no vuelva a caer,
¡Tú me cuidas Señor!
Coro: ¡Grande precio pagaste
en esa cruz… por mí un día!
Con tu sangre lavaste,
Con tus llagas curaste mis heridas. ¡Cómo he de pensar en quererte soltar
Si Tú me guías!
Porque eres mi razón de vivir,
Es por eso que te quiero decir: ¡Mora en mi vida!
Reconozco Señor,
Que tu amor garantiza
Paz y seguridad que no podía hallar,
Pues, no te conocía.
Y a mi encuentro… llegaste Tú,
Me cubriste en tu manto de amor,
Me compraste Señor
Con la sangre que hoy lavas mi corazón.