Los Voceros de Cristo surgieron en un pequeño pueblo en la provincia de Buenos Aires, Argentina, en la década de 1960. Fundado por tres hermanos - Juan, Pedro y Marcos López - quienes desde temprana edad sintieron una profunda conexión con la música y su fe cristiana. Influenciados por los cantos litúrgicos de su iglesia local, estos hermanos comenzaron a explorar la posibilidad de unir su amor por la música con su fervor religioso.
A pesar de los recursos limitados, los hermanos López comenzaron a componer canciones y a practicar en casa con los pocos instrumentos que tenían. Su primer gran impulso se produjo cuando recibieron un pequeño teclado donado por la congregación local, lo cual les permitió enriquecer sus composiciones. No pasó mucho tiempo antes de que su talento y devoción atrajeran la atención de comunidades vecinas.
En la década de 1970, se extendió rápidamente la popularidad de Los Voceros de Cristo más allá de las fronteras argentinas. La banda comenzó a recibir invitaciones para presentarse en países vecinos como Chile, Uruguay y Paraguay. Estos primeros viajes internacionales marcaron el inicio de una nueva etapa para el grupo, llevándolos a
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Como una luz en medio de la oscuridad
Como un susurro en medio de la tempestad
Así es la brisa que me acaricia
Y calma entera toda mi ansiedad
Ahora las tormentas yo puedo escuchar
Viento apacible cuan dulce cantar
Que me sustenta y me hace recordad
Que tu por siempre Jesús a mi lado estas
Inexplicable paz que solo tú me das
Con ese amor que es puro y sin igual
Hoy puedo en ti mi Dios confiado descansar
Porque tu gran amor nunca me dejara
Se van los días Y es grande la ansiedad
Estar contigo señor en la eternidad
Donde no hay penas que puedan torturar
Al ser sufrido por la penalidad
Tantas angustias que hay en la humanidad
Tantas penurias violencia y orfandad
Tantas presiones que invitan a la paz
Solo en tus brazos Señor acabaran
Inexplicable paz que solo tú me das
Con ese amor que es puro y sin igual
Hoy puedo en ti mi Dios confiado descansar
Porque tu gran amor nunca me dejara