Desde sus humildes comienzos en iglesias locales hasta abarrotar estadios y liderar listas de éxitos, "Música Cristiana" se ha convertido en un faro de esperanza y espiritualidad en el mundo de la música. Con una carrera que abarca varias décadas, este grupo ha logrado tocar los corazones de millones de personas alrededor del planeta.
En los primeros años, la agrupación "Música Cristiana" estaba compuesta por un grupo de amigos de la iglesia local que compartían no solo una profunda fe en Dios, sino también un amor inquebrantable por la música. Fue en el pequeño pueblo de Springfield donde comenzaron a presentarse durante los servicios dominicales, tocando himnos y canciones espirituales que conmovían a la comunidad.
Su pasión y devoción pronto llamaron la atención de un productor musical que asistía a sus servicios ocasionalmente. Este encuentro casual resultó en la grabación de su primer álbum, "Luz en la Oscuridad", lanzado en 2001. El disco consistía en una recopilación de himnos tradicionales y composiciones originales que rápidamente se convirtieron en un éxito local.
Impulsados por el éxito de su primer álbum, "Música Cristiana" comenzó a realizar giras regionales. Sus conciertos no solo atraían a la comunidad cristiana, sino también a personas de diversas creencias que encontraban en sus letras un mensaje de amor y esperanza universal. Su segundo álbum, "Caminos de Fe",
Ver BiograFia Completa
Himno: Pero queda Cristo
Por la mañana yo dirijo mí Alabanza,
A Dios que ha sido y es mí Única esperanza.
Por la mañana yo le invoco Con el alma,
Y le suplico que me dé su Dulce calma.
Y El nos escucha, pues nos Ama tanto,
Y nos alivia de cualquier Quebranto.
Nos da su mano poderosa y Fuerte,
Para librarnos de la misma Muerte.
Cuando la noche se aproxima Tenebrosa,
En elevarle mi oración mi alma Se goza;
Siento tu paz inagotable, dulce Grata,
Porque temores y ansiedad Cristo los mata.
También elevo mi cantar al Cielo,
Cuando a la tierra baja negro Velo;
El sol se oculta, pero queda Cristo
A quien mis ojos en el sueño Han visto.
Brilla su lumbre bienhechora Mientras duermo;
Pone su mano sobre mi, si Estoy enfermo.
Me fortalece, me alienta con El sueño,
Pues es mi Dios, mi redentor Y el es mi dueño.
Y al despertar por la mañana siento
Que Dios invade mi alma y pensamiento;
Veo a Jesús, mi Redentor amado,
Por mí pecado en una cruz clavado.
Veo la sangre de sus manos que ha brotado;
Veo la sangre borbotando en un costado;
Una corona con espinas en su frente,
La multitud escarneciéndole insolente.
Pero, que dicha cuando al cielo sube,
Lleno de gloria en majestuosa nube
El nos promete regresar de nuevo para
llevarnos a gozar al cielo.