Rocío Crooke nació el 15 de junio de 1985, en una pequeña ciudad costera de Valencia, España. Desde joven, Rocío mostró un talento innato para la música. Su infancia estuvo marcada por los sonidos del flamenco y las baladas románticas que su madre solía cantar mientras realizaba las tareas del hogar. Este ambiente musical hogareño fue una de las principales fuentes de inspiración para la joven Rocío.
A los 8 años, comenzó a tomar clases de guitarra y a participar en concursos locales de canto, donde sorprendía a todos con su potente voz y su capacidad para emocionar al público. Su talento no pasó desapercibido, y pronto empezó a recibir invitaciones para cantar en eventos en toda la región.
En la adolescencia, Rocío continuó perfeccionando sus habilidades. A los 17 años, decidió mudarse a Madrid para perseguir su sueño de ser cantante profesional. Inicialmente, vivió tiempos difíciles, actuando en bares y pequeños escenarios mientras buscaba una oportunidad en el complicado mundo de la música.
Su gran oportunidad llegó en 2004, cuando participó en un programa de talentos televisivo. Su interpretación sincera y poderosa de clásicos del flamenco conquistó a los jueces y al público, llevándola a ganar una exposición nacional. Este logro le abrió las puertas a un contrato discográfico con una importante compañía española.
En 2005, Rocío lanzó su primer álbum titulado "Alma y Sentimiento", un trabajo que combinaba
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Andas moribundo, con el alma rota
Y tus lágrimas se fugan cual
Estrella de ti
Has perdido el rumbo pues la noche
Es tu alcoba
Y embriagada están tus venas
Del mas crudo sufrir
Cual vinagre va lloviendo en
Tu herida mortal
Y las puertas del abismo
Se te abren de par en par
Traigo el remedio eficaz para ti
Ungüento que a tu alma la hará revivir
Deja que el Cristo Inmortal
Vierta en ti
La sangre que pueda arrancar tu sufrir
El rió de tus ilusiones se han secado gota a gota
En un desierto sin oasis
Se torno tu existir
Arraigado en lo absurdo
Has derrocado tu alforja y enfermiza
Esta tu suerte
Crees tu martirio tu fin
Cual vinagre va lloviendo en tu herida mortal
Y las puertas del abismo
Se te abren de par en par
Traigo el remedio eficaz para ti
Ungüento que a tu alma la hará revivir
Deja que el Cristo Inmortal
Vierta en ti
La sangre que pueda arrancar tu sufrir