La Fiesta es uno de esos grupos emblemáticos que ha sabido mantener viva la llama del entusiasmo musical en cada una de sus actuaciones. Desde sus humildes comienzos hasta llenar estadios, este grupo ha creado una conexión especial con su audiencia, convirtiéndose en un referente imprescindible en la música latina. A continuación, exploramos su fascinante trayecto desde su formación hasta la cima del éxito.
La Fiesta nació en 1999 en la ciudad de Córdoba, Argentina. Este proyecto musical fue inicialmente concebido por los talentosos músicos Luciano Paz y Sergio Sosa, quienes compartían una visión común: revolucionar el género cuarteto con una propuesta fresca y llena de energía. Con un estilo inconfundible y la inclusión de elementos modernos, lograron conquistar a la juventud, siempre ávida de nuevas experiencias sonoras.
El primer álbum de La Fiesta, lanzado en el año 2000, titulado "La Cumbia de los Sonámbulos", fue una auténtica revelación. Su sencillo homónimo se convirtió rápidamente en un hit, marcando el inicio de una carrera prometedora. Las letras pegajosas y los ritmos contagiosos fueron la clave para que este trabajo discográfico se destacara en la escena musical argentina y comenzara a resonar en otros países de América Latina.
A medida que la popularidad de La Fiesta crecía, el grupo no dudó en diversificar su repertorio. Iniciaron la incorporación de fusiones con otros géneros y estilos, logrando éxitos que traspasaron las
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Somos el pueblo, sus bases
Tierra de un canto ancestral
Alma de los rezabailes
Canto de los que vendrán
Una vidala que llora
Pena de los que no están
Míralo, no es así de casualidad
Por sus ríos, yo aprendí a cantar
Primero, de la copa hasta su raíz
Aquí tienes a tu país
Somos una nación opuesta a la desigualdad
Una nueva canción dispuesta a continuar
Somos la voz de los que no aparecen
De los que están cansados de esperar
Somos fertilidad, la siembra, la continuación
Una escuela, sin más cuadernos que esta voz
Somos la excusa para tu descargo
Libro de quejas para tu dolor
Somos el pueblo, su necesidad
Llanto del monte, hambre de ciudad
De carne y hueso, mi corazón
La voz del hombre que no tiene voz
Somos el pueblo que siempre cantará
Con voz de pecho, gritando la verdad
La libertad del colibrí
¡La voz de aquellos que aman a su país!