El Mc-Caco, cuyo nombre real es Carlos Manrique, nació el 14 de mayo de 1990 en un barrio humilde de Buenos Aires, Argentina. Desde temprana edad, Carlos mostró una gran afinidad por la música y la poesía. Criado en un entorno marcado por ciertas carencias económicas, encontró en el rap una forma de expresión única que le permitiría compartir sus vivencias y sueños.
Durante su adolescencia, Carlos adoptó el nombre artístico de El Mc-Caco, un juego de palabras entre "Mc" (Maestro de Ceremonias, término utilizado en el rap) y "Caco" (argot que refiere a un ladrón de poca monta). El nombre, aunque controversial, tenía un propósito claro: reflejar la realidad cruda de las calles sin glorificarla. Fue en esta etapa de su vida cuando empezó a participar en batallas de freestyle en plazas y parques, ganándose rápidamente el respeto de sus pares por su habilidad lírica y su estilo único.
En 2012, El Mc-Caco lanzó su primer álbum, titulado "Crónicas del Barrio". Este álbum fue una recopilación de sus relatos sobre la vida en los suburbios, ganando atención tanto a nivel local como nacional. Canciones como "La Vida en el Asfalto" y "Sueños Rotos" resonaron profundamente con la juventud, abordando temas de desigualdad, violencia y esperanza en contextos adversos.
El Mc-Caco simbolizaba no solo la voz de su barrio, sino la de muchos jóvenes que encontraban en su música un reflejo de sus
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Pierdo mis defensas en los recodos de la angustia
Busco una mirada, cada momento, en todas partes
Mi vida no es de nadie, ni yo le pido a nadie nunca
Que haga algo que yo mismo tampoco haría sin dudarlo.
Y solo sé que no puedo estar;
Si tú te vas, mi casa voy a quemar.
Mi chica está tan sola que busca el centro de la calle.
Su puerta y su mirada siempre abiertas de par en par.
Y sola, sé que no puede estar;
Y ahora sé que sé perder.
Y al final, sólo envidia y ambición;
Y ya sé que sin buscar no encontrar.
Paso al loco de la calle
Paso al ansia de vivir.
Mi cuarto es tan pequeño que nunca encuentro sus esquinas
Desde que tú te has ido, se ríe de mi la soledad;
Te espero en los caminos y te confundo a todas horas.
Y solo sé que no puedo estar;
Si tú te vas, mi casa voy a quemar.
Y al final, sólo envidia y ambición;
Y ya sé que aunque busque nunca encontraré.
Paso al loco de la calle.
Paso al ansia de vivir.