El Cuarteto Continental es uno de los grupos musicales más influyentes de la cumbia en América Latina. Fundado en 1975 en Lima, Perú, el grupo emergió durante una época en la que la cumbia comenzaba a ganar popularidad en la región. Su creador, el reconocido productor discográfico Alberto Maraví, vislumbró un proyecto que rescataría y amplificaría los sonidos tradicionales, fusionándolos con elementos modernos.
El Cuarteto Continental debutó con el álbum "Cuarteto Continental Vol. 1" en 1977, el cual rápidamente capturó la atención del público. Lo que distinguió a la agrupación fue su enfoque en la cumbia peruana y colombiana, incorporando guitarras eléctricas, bajos profundos y una percusión vibrante. Temas como "La Colegiala” y “Colegiala” se convirtieron en éxitos instantáneos, adornando las fiestas y celebraciones de muchos hogares de América Latina.
A lo largo de los años, el grupo ha experimentado con diferentes instrumentos y estilos, pero siempre ha mantenido su esencia principal. La inclusión de elementos de cumbia villera, chicha y tecnocumbia permitió que el Cuarteto Continental atrajera a un público más amplio. La llegada de nuevos miembros también enriquece su sonido, lo que se refleja en la diversificación de sus álbumes y en el continuo éxito de sus giras.
El impacto del Cuarteto Continental no se limita solo a la música. Han sido una fuerza cultural que ha influenciado a generaciones de músicos aspirantes en América Latina. En reconocimiento a su
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Samaritana del amor
SAMARITANA DEL AMOR (Am)
A esas chicas alegres de la calle, que derraman perfumes en la noche
Con las alas abiertas por si hay alguien para invitarlas alcanzar la luna
Mariposas de escarcha de cristal, gaviotas sin rumbo que al pasar
Te miran
Samaritanas del amor, que van dejando el corazón,
Entre la esquina y el café, entre las sombras del jardín
Fue la penumbra de un burdel de madrugada
Muñecas frágiles de amor, que dan a cambio de una flor, el alma
INTRODUCCION
A esas chicas alegres de la calle, que disfrazan de brillo su tristeza
Compañeras eternas del farol, del semáforo en rojo y del ladrón, que sueña
La llegada de alguien que tal vez, le regale un perfume de clavel
Las quiera
Samaritanas del amor, que van dejando el corazón,
Entre la esquina y el café, entre las sombras del jardín
Fue la penumbra de un burdel de madrugada
Muñecas frágiles de amor, que dan a cambio de una flor, el a