La Combo Tortuga, con su enérgico y único estilo musical, ha marcado la escena musical chilena desde su formación en el año 2011. Este grupo, que fusiona ritmos de cumbia con influencias de rock, ska y reggae, fue creado por un grupo de amigos que compartían un fervor por la música y las ganas de animar a la gente con sus melodías contagiosas y letras llenas de humor e ironía.
Originarios de la comuna de Maipú en Santiago, los miembros fundadores fueron Pedro González (voz), Walter Ramírez (guitarra), Jorge Riquelme (bajo), Lucas Peralta (teclados), Francisco González (batería), Álvaro López (trombón) y Marcelo Castro (saxofón y clarinete). Con el paso del tiempo, algunos integrantes cambiaron, pero el núcleo y la esencia del grupo se mantuvieron intactos.
Desde sus primeras presentaciones en pequeños bares y fiestas locales, La Combo Tortuga llamó la atención por su carisma en el escenario y su capacidad de conectar con el público. Fueron especialmente populares entre los jóvenes, que encontraron en sus canciones un reflejo de sus propias vivencias y sentimientos. Su primer gran hito fue participar en el concurso de bandas "Desafío Escuelas de Rock", donde se destacaron y empezaron a ganar notoriedad en el ambiente musical.
Este álbum marcó el debut discográfico de La Combo Tortuga. Con canciones como El Casorio y La Cumbia del Borracho, el grupo mostró su estilo festivo y socarrón. El disco fue bien
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Jamás he podido respetar esas extrañas leyes.
Jamás lo podré disimular,
luna vuela y hazme a mi volar.
Estás tan lejos de mí que a veces pienso que nunca te encontré.
Un mundo extraño, dormido, a punto siempre de estallar.
Digo que volveré, primero debo aprender a caminar.
Sin ti sobreviviré, muy lejos tu nombre me acompañará.
Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército;
nace luna fría, nace y hazme olvidar.
Mírame, soy provisional;
tú también y nadie te comprenderá.
Quédate un minuto más;
luna azul descansa y hazme descansar.
Correré y gritaré si realmente queda algo que gritar
Lucharé y conquistaré si en verdad queda algo por conquistar.
Hablar donde las palabras mueren; mis ojos llegan más allá;
soñar, trabajo de dioses; luna vuela y hazme a mí volar.
Extrañas leyes en un mundo extraño.
Como a una niña de verdad te encontré llorando