La música, ese arte que tiene el poder de conectar almas, ha visto nacer a innumerables grupos y cantantes que han dejado una huella imborrable en la historia. Entre ellos, uno de los más destacados en la escena tropical y tecnocumbia es Tierra Canela, una agrupación que ha encantado con sus melodías y letras a varias generaciones. Este recorrido por la vida y obra de Tierra Canela te llevará a conocer detalles fascinantes de su formación, éxitos y contribuciones al mundo de la música latina.
Tierra Canela surge en la década de 1990 en Ecuador, un país conocido por su rica diversidad cultural y musical. Fue en 1998 cuando un visionario llamado César Amaya, apasionado por el género tropical, decidió crear una agrupación que reflejara los ritmos y sabores de su tierra natal. Así, junto a un grupo de talentosos músicos, formó lo que pronto se conocería como Tierra Canela.
El nombre Tierra Canela no fue escogido al azar. Refleja un profundo respeto y amor por la tierra ecuatoriana, rica en tradiciones y cultura. La palabra "canela" además de remitir al cálido color de la especia, simboliza el sabor y la esencia distintiva que el grupo quería imprimir en su música.
El camino al reconocimiento no fue inmediato, pero el talento innato y la dedicación de Tierra Canela no tardaron en dar frutos. Uno de sus primeros éxitos, "Amor Sincero", resonó
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Mi joven profesor de amor
Mi experto en saberme amar
Contigo todo es especial
Lo más extraño y natural
Por tu cuerpo me dejo llevar hasta el final
Y poco a poco sé algo más
El gran lenguaje del amor
Es más bello a la luz del Sol
Y en la profunda oscuridad
Cuando el día empieza a nacer, huele a claridad
Y quien iba a decirme a mí
Tan segura como yo estaba
Que temblase entre sus brazos
Y me desarmara
Era yo quien le pedía amor
Y era él el que me saciaba
Con un beso me hacía suya
Me resucitaba
Mi joven profesor de amor
Hay algo misterioso en ti
Cuando eres como un volcán
Como la brisa sobre el mar
Y tú sabes como acariciar
Como hacer vibrar
Mi joven profesor de amor
Tan hombre y tan niño a la vez
Sabes amar a una mujer
Tierno y severo, dulce y cruel
Y en tu boca queja de cansancio y de placer
Y quien iba a decirme a mí
Tan segura como yo estaba
Que temblase entre sus brazos
Y me desarmara
Era yo quien le pedía amor
Y era él el que me saciaba
Con un beso me hacía suya
Me resucitaba