En el siempre vibrante y multicultural Gibraltar, tres amigos se unieron por su amor a la música. Fue en el año 2005 cuando Dylan Ferro (voz), Danny Bugeja (guitarra) y Robby Martínez (bajo), ex-miembros de la reconocida banda Melon Diesel, decidieron formar una nueva agrupación que llevaría el nombre Taxi.
Los tres músicos compartían experiencias y valores, y rápidamente encontraron en Taxi una forma de canalizar su creatividad y esencia. Con una mezcla intrigante de pop y rock en español, estos artistas no tardaron en capturar la atención de fanáticos y críticos por igual.
El álbum debut de Taxi, "Libre", se lanzó en 2005 y fue un primer paso poderoso para la banda. Temas como "Qué quiero yo" y "Grito tu nombre" mostraron su habilidad tanto para escribir letras emotivas como para componer melodías pegajosas. Este trabajo permitió a Taxi posicionarse en diversos países hispanohablantes, ganándose así un lugar respetado en la escena musical.
En 2007, Taxi lanzó su segundo álbum, "Mil Historias", consolidando aún más su estatus en la industria. Con éxitos como "Cuando veas a Alicia", este trabajo fue recibido con entusiasmo por sus seguidores y ayudó a aumentar su base de fanáticos en España y América Latina.
El periodo que siguió trajo consigo un crecimiento significativo en la música de Taxi. Su tercer álbum, "Aquí y Ahora"
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Tu olor pierdo si no estás más cerca,
tú color sube y el calor nos quema.
Hoy te has puesto elegante,
pero tus ojos me ven poco a poco desnudarte.
Nena, tú lo sabes bien y tus bailes me atraviesan,
ahora tuyo es el poder, haz de mí lo que tú quieras,
hoy tú estás matándome.
Tu olor pierdo si no estás más cerca,
tu color sube y el calor nos quema.
Tu mirada, más lasciva más profunda cada vez
y tu boca, la salida del veneno de tu sed.
Sí que existe el pecado, lleva nombre de mujer,
no te vayas de mi lado, me has podido enloquecer.
Tu olor pierdo si no estás más cerca,
tu color sube y el calor nos quema.
Tu amor siento si tú estás más cerca,
el valor sube y el sudor nos quema.
De pronto a mi alrededor no queda nadie más,
sólo una proposición, tus ojos y tu cuerpo contra mí.
Algo me dice que dirás que sí.
¡Tú me harás vivir!