Los Cantores del Alba son un icono indiscutible del folklore argentino, en particular del llamado folklore de Salta. Fundado en 1958, este cuarteto vocal marcó una nueva era en la música tradicional argentina. Los miembros fundadores fueron Tomás “Tutú” Campos, Martín “Chico” Chazarreta, Gilberto Vaca y Lauro D'Benítez, quienes compartían una pasión común por la música folclórica y un profundo respeto por sus raíces culturales.
La elección del nombre Los Cantores del Alba fue un homenaje a los amaneceres del norte argentino, cuya luz dorada inspira melodías y letras llenas de vida y sentido. Desde sus inicios, el grupo se comprometió a llevar la esencia de su tierra a cada rincón del país.
Entre las décadas de 1960 y 1970, Los Cantores del Alba alcanzaron la cúspide de su popularidad. Sus interpretaciones de zambas, chacareras y carnavales costeños resonaban en todo el territorio argentino. Durante estos años, la formación inicial sufrió cambios, pero siempre mantuvo la calidad vocal y el carisma que los caracterizaba.
Tomás Campos, una de las voces principales, se destacó por su capacidad de transmitir la emotividad y nostalgia de las letras. Su entrega en cada interpretación consolidó aún más la reputación del grupo. Durante este período, lanzaron discos que se convirtieron en auténticos tesoros para los amantes del folklore. Canciones como "La Nochera" y "Zamba de mi Esperanza" se transformaron en himnos del folklore argentino, ganándose un lugar en
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A Monteros
A ella que le gusta que todos la nombren
con una guitarra y un bombo legüero.
A ella que le gusta que le enciendan coplas
por eso te nombra mi canto Monteros.
A ella que me viene de chango mirando
al ingenio tibio corazón de hierro.
A ella que las cañas la visten de verde
por eso te nombra mi canto Monteros.
Y más dulce que tu guarapo
son las niñas que hay en tu pueblo
se que por tus venas de azucar despiertas
toda la alegría mi linda Monteros
lara, la, lala, la....
toda la alegría mi linda Monteros.
A ella que el poeta la vió tempranera
tarareando duendes de vinos pateros
y dejo en tu cielo la rosa galana
por eso te nombra mi canto Monteros.
A ella que en noviembre le pide a los grillos
otra vez el canto del hombre zafrero.
A ella que le gusta que le enciendan coplas
por eso te nombra mi canto Monteros.
Y más dulce que tu guarapo...