Canto A La Quyca
Era una madre Quyca que nos concedía
Con generosa entrega su cuerpo y su vida
Pies de todos los tamaños le hacía caricias
Manos laboriosas de ella recogían
Frutos y semillas, también medicina
Ay, qué pena me da verla, tan mal herida.
Con una niña de greda yo me encontré un día,
Me dice que oye la voz de la Uaia que grita
¿Hay alguien más que perciba ese dolor que palpita?
Tantos olvidan su entrega, y tan pocos la cuidan.
Tan pocos la cuidan, tan pocos la cuidan,
Tan pocos la cuidan, tan pocos...
Eiaaa ee yagé... eiiaaa yagée
La vida no es mercancía!