Oídos sordos
Qué irracionalidad el compás al que pisa la gente
Como si no hubiese nada de lo que se deban preocupar
Nada por qué correr, nadie a quién temer, nada que lo eche a perder
Sumidos en la enajenación, y oídos sordos a esa voz.
Los problemas y los contratiempos se atenuaron ya
No hay malestar ni enfermedad que debamos curar
Nada por qué correr, nadie a quién temer, nada que lo eche a perder.
Pero si hay necesidad la vamos a enfrentar.
Los problemas y los contratiempos se atenuaron ya
No hay malestar ni enfermedad que debamos curar
No hay distancia, no hay impedimento que nos puedan abatir
La corriente de este mundo no nos puede hacer morir.