Digimon, conocido inicialmente por su conexión con la popular franquicia de criaturas digitales, ha evolucionado con el tiempo para convertirse en algo más que una serie animada o un juego. En un giro inesperado, el nombre Digimon también se asocia con una diversidad de proyectos musicales que han dejado huella en varias generaciones. Vamos a embarcarnos en un viaje para descubrir la evolución de Digimon como una entidad musical, desde sus humildes comienzos hasta el fenómeno global que es hoy.
Digimon, abreviatura de Digital Monsters, nació en 1997 como un juguete virtual. La creación fue obra de Akiyoshi Hongo y fue lanzada por Bandai, una de las grandes compañías de juguetes en Japón. Inicialmente, se trataba de una especie de Tamagotchi, pero con características de batalla que lo diferenciaban de sus competidores.
En 1999, Digimon Adventure debutó en la televisión japonesa, y su impacto fue inmediato. La serie narraba las aventuras de un grupo de niños y sus compañeros Digimon en un mundo digital. El éxito del programa generó una gran cantidad de productos derivados, incluyendo videojuegos, mangas y, por supuesto, música.
La música de Digimon Adventure se convirtió pronto en una parte crucial de su identidad. Temas como "Butter-Fly" de Kouji Wada y "Brave Heart" de Ayumi Miyazaki son icónicos para los fans. Estas canciones no solo ambientaron momentos clave en la serie, sino que también llegaron a las listas de éxitos
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To speak about my conclusion, everyone
I will not forgive evil
Any evil at all
Justice will always
Win in the end, for certain.
In any pinch time
Because my friends are there
I will not lose, I will not retreat
My courage will ring out.
I’ll go forward, just reasonably,
With sincerity being my only good point.
To speak about my conclusion, everyone
Our enemies are not logical
They are thoroughly lost in a haze
And will come to attack us
In cowardly ways.
Even in an answerless labyrinth
Crouched and closed in
Just wait and believe
For the moment of victory.
A strong heart is honest and
Dwells in right places.
Day by day, this devoted conclusion, yes, that’s all right.