Eduardo Gatti Benoit nació el 7 de septiembre de 1949 en Santiago de Chile, en el seno de una familia que ya tenía inclinaciones artísticas. Su madre, una talentosa cantante amateur, y su padre, un reconocido abogado y pianista aficionado, le proporcionaron desde muy temprano un entorno que favorecía su expresión artística.Eduardo comenzó a mostrar interés por la música desde muy pequeño. A los 12 años, ya tocaba la guitarra y componía sus primeras canciones, inspirado por el folclore y la música popular chilena.
En la década de 1960, Gatti formó parte del grupo de rock progresivo y psicodélico "Los Blops," una de las bandas más influyentes del rock chileno. Con ellos, Eduardo no solo consolidó su talento como guitarrista y compositor, sino que también alcanzó reconocimiento nacional. Canciones como "Los Momentos" se convirtieron en emblemáticas y reflejaron la esencia de una época cargada de cambios y conflictos.
El estilo musical de Los Blops fusionaba elementos del rock, el folclore y la psicodelia, creando piezas que aún resuenan en la cultura musical chilena. Bajo el liderazgo de Gatti, la banda dejó huella en la música nacional e internacional.
Tras la disolución de Los Blops, Eduardo Gatti se enfocó en su carrera como solista. Esta nueva etapa le permitió explorar diferentes géneros y temáticas en sus composiciones. El lanzamiento de su disco "Eduardo Gatti" en
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Esta es la noche en que la magia
y el misterio me han llamado,
son tus ojos oscuros
de la ventana azul y abierta
un sendero se elevaba,
son tus pies morenos
Sueño de plata fue aquel día
noche tierna y un amanecer
que partió
a los archivos siderales
les pregunto
si te volveré a encontrar
Huacas del sol y de la luna
solo un grito de sal
pregunto acaso has vuelto
a amar así
La estrella súbita,fugaz
calor de ti mujer
que no dijiste adiós
queriendo compartir la eternidad
Detrás del tiempo allá en
su manchado castillo
las hadas bordando
el cielo y el mar
fabrican sueños para calar
el misterio de la brisa
y de tu piel
Huacas del sol y de la luna
solo un grito de sal
que arrulla aquel
desierto del Perú
con su sendero polvoriento
tus pies son la esperanza
de una virtud perdida
atávica y preciosa como tú