El Haragán es una de las bandas de rock más emblemáticas de México. Fundada en 1988 por Luis Álvarez, conocido como "El Haragán", la agrupación surgió en una época cuando el país experimentaba una efervescencia cultural y musical. Luis Álvarez, originario de la Ciudad de México, inició este proyecto con la idea de reflejar las experiencias y vivencias cotidianas de la clase trabajadora mexicana, plasmándolas en letras crudas y sinceras.
El primer álbum de la banda, “Valedores Juveniles”, lanzado en 1990, rápidamente capturó la atención del público y de la crítica. Con himnos como "Él No lo Mató" y "Cárcel de Inocentes", la banda consiguió adeptos entre jóvenes que veían reflejada su realidad en las letras de Luis Álvarez. Apenas un año más tarde, en 1991, lanzaron su segundo disco, “Bajo el Sol”, consolidando su estilo y presencia en la escena del rock nacional.
La creatividad y el ímpetu de Luis Álvarez no se detuvieron. En 1992, el grupo lanzó el álbum “A Capella”, el cual mostró una faceta más acústica de la banda. Dos años después, el grupo publicó “En vivo... A los Cuatro Vientos”, un trabajo en directo que capturó la energía y la conexión que "El Haragán" lograba con su audiencia durante sus conciertos.
El álbum de 1994 "Rock Que Se Comparte" vio a la banda
Bandolero
Ya no te creo bandolero
si ya vaciaste toda la morralla
que es mi raya,
que no puedo bandolero,
perdóname la vida
no te lleves la payola
Que no puedo bandolero
si ya vaciaste toda
la marimba gringa, gringa,
que no puedo bandolero,
perdóname la vida
no te lleves la payola
Bandolero, bandolero malo,
Bandolero, bandolero bravo
Bandolero, bandolero malo,
Bandolero, bandolero bravo
Oye bandolero, no seas así,
bandolero, apiádate de mí,
guarda esa pistola bandolero
porque hasta un tiro
se te va a salir
Ya no te creo bandolero
si ya vaciaste toda la morralla
que es mi raya,
que no puedo hojalatero,
dispénsame la vida,
no te lleves la payola
Que no puedo bandolero
si ya vaciaste toda
la marimba gringa, gringa,
que no puedo bandolero,
perdóname la jeta
no te lleves la muchacha