Extrechinato y Tú es mucho más que una banda; es un proyecto excepcional que une a algunos de los nombres más notables del rock español de finales del siglo XX y principios del XXI. Este proyecto nació a finales de los años 90, bajo la inspiración e inquietud artística de músicos como Roberto Iniesta (de Extremoduro), Iñaki 'Uoho' Antón (de Platero y Tú) y el poeta Manuel Chinato. La simbiosis entre la lírica profunda de Chinato y la vibrante energía del rock fue la magia que dio vida a este equipo.
Manuel Chinato, nacido en Puerto de Béjar, Salamanca, se convirtió en el núcleo lírico y filosófico del proyecto. Sus versos, llenos de sensibilidad y realismo, abordan temas tan dispares como el amor, la vida, la muerte, y la injusticia social. Su carrera poética, aunque menos conocida antes de la formación de Extrechinato y Tú, se vio catapultada gracias a la colaboración con estos icónicos músicos del rock español.
La confluencia de Roberto Iniesta y Iñaki Antón añadió una capa de intensidad y musicalidad que alcanzó las expectativas de los aficionados del rock. Roberto Iniesta, líder de Extremoduro, y Iñaki Antón, guitarrista de Platero y Tú, ya habían demostrado su capacidad para crear canciones que resonaban profundamente con su público. Juntos, llevaron la energía cruda y auténtica del rock a un nuevo nivel, añadiendo la
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Un ejército de sueños blancos y rojos galopa por el cielo, invisible y misterioso.
Las nubes y el viento van pasando y ordeno en ellos mis susurros y lamentos.
Son susurros de amor puro y lamentos de frío y soledad.
Y yo me quedo estacionado con mi cuerpo en estas sierras de nieves y de lumbres.
Mas mis sueños van contigo, viento fresco y nube algodonada.
Llevadme con vosotros a tierras agrietadas y a corazones de amor desatendidos.
Llevadme con vosotros a corazones de amor desatendidos
que quiero repartir en esos corazones este amor de invierno que me abrasa.
Y quiero dar mi luz a esos ojos cegados por la escarcha y el olvido.
Para la vuelta no os preocupéis amigo viento y nube blanca;
andaré solitario por veredas en la noche solitaria.
Comeré en cualquier camino frutos de sueños y hojas invisibles
y cualquier día volveré a ver pasar por mis sierras
con la lluvia, con la nube y con el viento
a mi ejército de sueños, aún errantes.