Fernando Delgadillo, nacido el 7 de diciembre de 1965 en el barrio de Coyoacán, Ciudad de México, es uno de los trovadores más queridos y respetados de México. Su infancia transcurrió en un ambiente familiar sencillo y afectuoso, donde desde muy joven mostró un interés especial por la música y la literatura. Su padre, amante de los boleros y su madre, una ferviente lectora, influyeron profundamente en sus inclinaciones artísticas.
Durante la adolescencia, Fernando empezó a escribir poesías y a experimentar con la guitarra que había en casa. Fue en esta etapa cuando descubrió las obras de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Joan Manuel Serrat, quienes se convirtieron en sus principales inspiraciones. En la preparatoria, participó en varias actividades culturales y musicales, donde empezó a destacar por su talento y sensibilidad.
A finales de los años 80, mientras estudiaba ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenzó a presentarse en cafés y bares locales. Estos pequeños escenarios se convirtieron en su escuela, permitiéndole afinar su estilo y conectar con un público que rápidamente se identificó con sus letras profundas y acordes sencillos.
El verdadero despegue en su carrera llegó en 1986, cuando grabó su primer casete de manera independiente: "Con cierto aire a ti". Este trabajo, aunque rudimentario en su producción, mostraba ya el sello distintivo de Delgadillo: historias cotidianas, narradas con una sensibilidad poética y musical única.
Su compromiso con el arte independiente y su rechazo a la comercialización le
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Verdes Siempre
Esos ojos de ella tienen un luz
que no se explica uno como es
que ha sido alli donde destella
son para avistar un mundo diferente
son una lente donde asoma la estrellas
Esos ojos de ella rondan y se van,
y se quedan siempre y hablan como de otra cosa.
Pudiera yo ir a donde el tiempo se detiene
si una mirada suya me encuentra y me toca
Son de verde siempre y de cualquier manera
si son de un verde como un principio sin fin,
son un agua en donde anhela y se renueva
todo lo que llevo en mí
Esos ojos que ella tiene verde mar
me saludan y conocen y me siguen y me asolan.
Y siempre vuelvo yo a queda prendido alli
en la constante maravilla que convocan
Persistente como brisa y como oleaje
una mirada tiene esa sencilla cualidad
de existir en tanto todo se derrumba
mientras que todo va pasando
ellos se quedan donde estan
Son donde aflora la palabra mas secreta
y un misterio que aún está sin revelar,
la señal de una presencia luminosa
que se ha dejado encontrar
Esos ojos que ella verdes tiene así
ni me piden,ni se apartan
incidiendo en la memoria,
son veracidad de un tiempo que despierta,
son la llave del cerrojo, son el halo de un antojo,
son el verde claro de una extraña escencia
donde asoma en dos ventanas todo el mar
y son de un sueño del que nunca se despierta
aquel que se atrevio a mirar.
Y yo no sé como es que a mi me gustan tanto
¡Ay! ojalá y que a nadie más mirara así.
¡Cómo quisiera que la luz de su mirada
fuera sólo para mí!