Que sea todo un sueño
Toma mi mano, grítame,
con toda tu fuerza azótame
de un lado a otro y dime que no estoy muriendo.
Dime que todo marcha bien,
que todo es un sueño, miénteme.
Si todo oscurece dime: «pronto amanecerá».
Nunca dijiste
que poco a poco
la fuerza perdías y lento te vi caer,
ensimismado,
en cavilaciones
que noche tras noche el sueño te hacían perder.
Ahora me dejas
aquí tan sola,
sin fuerza o motivos para poder seguir
en este mundo.
Nunca quise abandonarte;
créeme, no fue una decisión
que haya tomado yo.
Nunca quise abandonarte;
créeme, no fue una decisión
que haya tomado yo.
Nunca quise abandonarte;
créeme, no fue una decisión (¡Oh, no!)
que haya tomado yo.