Aquel almendro florío (Tango)
AQUEL ALMENDRO FLORÍO (Tango)
Aquel almendro florío que naciera en mi casa,
cubierto de flores vírgenes blancas.
fue el orgullo de mi sangre y de mi vida,
Meramente parecía
un ramillete de biznagas.
Pero una tarde tormentosa con pedrisca,
que al decir, nunca hubo dos,
descargó sin clemencia su metralla
destrozando cuanto había a su alrededor,
sin piedad para el almendro ni mi casa.
Y la droga con su cara blanquecina
hasta el lecho del desastre lo arrastró
en plena juventud de aquella vida,
sin saber el por qué ni cómo se enganchó
locamente hasta llevarlo a la ruina.
Pobre almendro malherido en plena flor,
machacado por la suerte asesina,
con canutos que llamaban “papelinas”,
entre chutes y jeringas lo arrastró
con engaños fraudulentos de morfina.
Y aquel almendro de hojas blancas mortecinas,
chamuscado por el fuego abrasador
de la astuta seducción de la heroína,
el éctasis del lucero embriagador
con promesas lo llevó a la muerte misma.