La Monada es una banda cuya historia comenzó en un pequeño garaje de Buenos Aires, Argentina, a principios de los años 90. Formada por cuatro jóvenes apasionados por la música —Carlos "Charlie" Menéndez (vocalista), Javier "Javi" Rodríguez (guitarra), Mariana "Mary" Luna (bajo), y Federico "Fede" Sánchez (batería)—, la banda se unió por una amistad que surgió en la escuela secundaria, donde compartían sesiones improvisadas de música y sueños compartidos de grandeza.
Sus influencias eran variadas, abarcando desde el rock clásico de los 70, pasando por el punk de los 80, hasta el grunge que dominaba las listas de popularidad en los 90. Sin embargo, La Monada no se contentó con seguir una sola corriente; en su lugar, combinaron estos géneros para crear su estilo único que pronto comenzaría a captar la atención.
Después de varios años de tocar en bares y festivales locales, en 1995, La Monada lanzó su primer álbum titulado "Sueños de Barrio". Grabado con un presupuesto modesto y producido por ellos mismos, el álbum inicialmente no tuvo gran cobertura mediática. No obstante, su sencillo "Rebelión en la Ciudad" fue un éxito en las radios locales, ganándoles una inesperada popularidad y una base de fans leal.
Esta repentina fama permitió a la banda firmar un contrato con una discográfica independiente, lo que les dio los medios para producir su segundo álbum, "Voces del Subsuelo", lanzado en 1998. Este álbum consolidó su
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Anesteciao
Te veo que al marchar,
tu aroma de mujer,
perfuma la traición,
sin una explicación,
liviana tan audaz,
y ahora sobro yo,
porque te falta el.
Te arrancare la piel,
en este invierno infiel,
y te pondré a esperar,
en la vieja estación,
donde no pasa el tren,
y atrasare el reloj,
y quedaras ahí.
Quien fuera el escritor,
en este cuento cruel,
se le olvido anunciar,
que antes del final,
con una cicatriz,
que nunca va curar,
me moriría yo.
La noche viaja en un polvo de lunas,
y el piso disimula que esta medio mareao,
anesteciao,
mi corazon mas nublao,
y ya podrido esta de latir.
La noche duele mas,
cuando el viene por ti,
usando tus estrellas,
un petado del si,
el frió se hace espinas,
y fue la soledad,
quien me robo el abrigo.
Quien fuera el escritor,
en este cuento cruel,
se le olvido anunciar,
que antes del final,
con una cicatriz,
que nunca va curar,
me moriría yo.
La noche viaja en un polvo de lunas,
y el piso disimula que esta medio mareao,
anesteciao,
mi corazon mas nublao,
y ya podrido esta de latir,
de latir.