Sara Montiel, cuyo nombre real era María Antonia Abad Fernández, nació el 10 de marzo de 1928 en Campo de Criptana, una pequeña localidad de Ciudad Real, España. Desde temprana edad, Sara mostró un gran talento artístico, lo que la llevó a conseguir su primer papel en el cine español a la edad de 16 años, en la película Te Quiero Para Mí (1944).
A partir de ahí, su carrera comenzó a despegar, protagonizando una serie de películas en España y México que la llevaron a consolidarse como una de las actrices más talentosas de su generación. Su belleza exótica y su voz sensual la distinguieron en un panorama artístico que estaba en plena ebullición.
En los años 50, Sara Montiel logró cruzar el Atlántico y se estableció en Hollywood. Allí, participó en varias producciones estadounidenses, incluidas Vera Cruz (1954) y Serenade (1956), en la que compartió créditos con grandes estrellas como Burt Lancaster y Gary Cooper.
Su estadía en Hollywood no fue prolongada, pero sí suficiente para que Sara adquiriera un reconocimiento internacional que trascendió fronteras y le permitió regresar a Europa con una estela de estrella global.
Vivo ciega enamorada
De un hombre Moreno
Que me tiene loca
Son tan dulces sus palabras
Que cuando me miman
Salen de su boca
Que aunque ya se que me quiere
Que también de amores
Ciego esta por mí
Finjo que de celos muero
Solo por oírle, repetirme así
Mimosa, mimosa
No me seas zalamera ni engañosa
Si ya sabes que te quiero
Que por ti me muero
De que estas celosa
Mimosa, mimosa
Cuando viene enamorado
Por la noche a verme
Yo le finjo enojo
Con un gesto de tristeza
Que hasta se humedecen
De llanto mis ojos
Y el al verme así enojada
Me pregunta ansioso
Que te pasa di
Mas yo no contesto nada
Y el al verme callada
Me repite así
Mimosa, mimosa