Hablar de Talleres de Cordoba es sumergirse en una increíble travesía sonora que fusiona la historia centenaria del club de fútbol argentino con la vibrante cultura musical de su pueblo natal, Córdoba. Desde sus primeras notas en las gradas hasta su consolidación como un símbolo musical de identidad y pasión, Talleres de Cordoba ha dejado una profunda huella en el corazón de sus seguidores y el vasto universo de la música.
La historia de Talleres de Cordoba comienza a inicios del siglo XX, cuando las canciones y cánticos resonaban en las tribunas del estadio a la par de los goles. No eran simples aficionados, sino músicos natos que encontraron en el fútbol la inspiración perfecta para componer melodías que, con el tiempo, se convertirían en himnos.
Córdoba, conocida por su rica tradición folclórica, pronto vio cómo este amor por el fútbol calaba en sus composiciones. Los fundadores del grupo, jóvenes hinchas de Talleres amantes de la música, comenzaron a tocar en reuniones y celebraciones del club. Sus ensayos mezclaban el folclore con el canto de aliento a los jugadores. Así, el grupo fue adquiriendo fama local y creciendo en popularidad, hasta que finalmente decidieron formalizar su pasión bajo el nombre de Talleres de Cordoba.
El siguiente hito fue grabar su primer disco. Con un pequeño sello discográfico local, Talleres de Cordoba
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No me arrepiento de este amor
No me arrepiento de este amor,
aunque me cueste corazón,
llevo la camiseta de la T,
y yo voy a morir por talleres,
vamo a matar a belgrano,
y les vamos a demostrar,
que talleres se la banca de verdad,
camina sin custodia policial,
santo vos no tenes huevo,
no te la bancas sin fierro,
sos igual que el funebrero sos cagón,
y aunque no demos la vuelta,
barrio jardín es una fiesta,
la locura de la droga y el alcohol.