Y Los Demás? surgió como un enigma en la escena musical. La agrupación se formó en el año 2010 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, y desde su creación, ha cautivado al público con su excéntrico nombre y magnética presencia escénica. El vocalista y líder del grupo, Mariano Vega, es conocido por su intensa energía y una voz cautivadora que se mezcla perfectamente con los otros talentos del grupo.
La historia de Y Los Demás? comenzó en los bares y pequeños clubes de la capital argentina. El grupo inicialmente consistía en cinco miembros: Mariano Vega (voz), Julia Rojas (guitarra y coros), Lucas Fernández (bajo), Sol Álvarez (teclado) y Diego Morales (batería). Con sus presentaciones en vivo y su enfoque innovador en la música, rápidamente se convirtieron en un nombre conocido en la escena local.
El nombre de la banda refleja una pregunta enigmática que evoca curiosidad. Según Mariano, "Queríamos un nombre que no solo fuera identificable, sino que también hiciera pensar al oyente. Al final, todos somos 'los demás' en algún sentido".
En 2012, la banda lanzó su primer álbum de estudio, “Voces del Subsuelo”. Este álbum no solo los posicionó en el mapa musical de Argentina, sino que también atrajo la atención internacional. Las letras introspectivas y poéticas, combinadas con las melodías hipnotizantes, convirtieron a este álbum en un clásico instantáneo.
El inframundo
Oigan bien,
estoy contento desde que
al Inframundo yo llegué.
La tierra de los muertos…
Soy feliz,
ahogué mis penas al morir,
soplé las velas que debí;
y ahora soy libre al fin…
Coro:
Yo no me puedo quejar,
hay muertas guapas de más,
no he perdido mi sensualidad
ni mis malos pasos.
Aquí ya no hay que guardar
las apariencias o el qué dirán,
pues todos muertos están…
muertos y desnudos.
El inframundo.
(Instrumental)
Y también
Ya conocí a esa chica fiel
que me derrite hasta la piel.
Y eso que piel no tengo…
¡Qué mujer!
Cierras los ojos y la ves
y se parece a Johnny Depp…
pero con más pelo.
Coro:
Yo no me puedo quejar,
hay muertas guapas de más,
no he perdido mi sensualidad
ni mis malos pasos.
Aquí ya no hay que guardar
las apariencias o el qué dirán,
pues todos muertos están…
muertos y desnudos.
El inframundo.