El mundo de la música sertaneja en Brasil no sería el mismo sin la presencia icónica de Zezé di Camargo e Luciano. Este famoso dúo, compuesto por los hermanos Mirosmar José de Camargo y Welson David de Camargo, nació en el seno de una familia humilde en la ciudad de Pirenópolis, en el estado de Goiás. Mirosmar, conocido artísticamente como Zezé di Camargo, nació el 17 de agosto de 1962; y su hermano Welson, conocido como Luciano, llegó al mundo el 20 de enero de 1973.
Desde una edad temprana, los hermanos mostraron un fuerte interés por la música, inspirados en su padre, Francisco Camargo, quien siempre los alentó a seguir sus sueños musicales. Francisco veía el potencial en sus hijos y, aunque la familia enfrentaba numerosas dificultades económicas, nunca dejó de apoyar sus inclinaciones artísticas. Soldado retirado, Francisco trabajó incansablemente para proporcionar a sus hijos los recursos necesarios para practicar y mejorar su talento.
Aunque Zezé empezó su carrera musical en solitario, formando parte de diferentes dúos y participando en concursos de talentos, no fue hasta 1991 cuando Luciano se unió a él para formar el dúo que cambiaría sus vidas y la escena musical de Brasil para siempre. La química natural entre los hermanos fue evidente desde el principio, y pronto comenzaron a ganar notoriedad con sus conmovedoras baladas y contagiosos ritmos sertanejos.
En 1991, el dúo lanzó su
Ver BiograFia Completa
Acreditei demais naquele amor
Dei minha vida pra ficar com ela
Eu fui promessa, fui o mel da flor, chuva de paixão
Fui seu cobertor
Eu fiz de tudo pra te seduzir
Dei a minha rede pra você dormir
Mas eu acordei e caí na real
Vi que era um sonho, amor de carnaval
Andorinha que voou do meu quintal
Acordei a tempo de me proteger
Utopia que me leva pra você
Dou a minha vida pra te esquecer
Mas eu não sei se as coisas vão ficar assim
Só sei que cada dia eu fico mais afim
Contradições do coração
Amor virando solidão dentro de mim
Eu já nem sei se peço pra você ficar
Mas se partir, eu sei que vou te procurar
esqueço às vezes da razão
E escancaro o coração pra você entrar
Já dizia o ditado
Quando a cabeça não pensa
O corpo paga o pecado