Rodrigo Bueno, conocido simplemente como Rodrigo o "El Potro", nació el 24 de mayo de 1973 en Córdoba, Argentina. Su nombre ha llegado a ser sinónimo de rebeldía, talento y pasión desbordante sobre el escenario. En su relativamente corta pero fulminante carrera, Rodrigo dejó una huella imborrable en la música argentina, siendo una de las figuras más queridas y recordadas del género de cuarteto.
Rodrigo Alejandro Bueno era hijo de Eduardo Alberto Bueno, quien también incursionó en la música, y Beatriz Olave. Desde pequeño mostró un talento innato para la música y comenzó a interesarse por géneros tan variados como el tango y el cuarteto. Ya a los cinco años, Rodrigo sabía que quería dedicarse a la música.
Su pasión lo llevó a cantar desde muy joven en diversos eventos locales, y a los 12 años grabó por primera vez en un estudio, un hecho que marcó el inicio de su vertiginosa carrera musical.
El verdadero despegue en la carrera de Rodrigo ocurrió en la década de 1990. Tras varios álbumes que tuvieron un éxito modesto, en 1995 lanzó "Lo Mejor del Amor", un disco que lo catapultó al estrellato. Este álbum contenía canciones que rápidamente se convirtieron en éxitos radiales, lo que le permitió comenzar a llenar estadios y consolidar su imagen de ídolo popular.
Otro gran hito llegó con el álbum "A 2000", lanzado en 1999. “La mano de Dios”, un emotivo tema dedicado a Diego Maradona, se convirtió en un
Ver BiograFia Completa
Hospital de niños - EDITADA -
En este mundo vacío, solo llora ese niño
Lo vi en la luz de sus ojos
Una tarde de frío,
Me llamó sin querer,
Sin penas, ni prejuicios,
Llorando de rodillas dijo: te necesito
Y la Biblia en el olvido.
En su carita de hiel
Y en mi memoria mi hijo,
Como mejor escenario el hospital, los pasillos
Se llenaron de repente y la salud fue testigo
Que una mirada de amor, de una cama desértó
Y una lágrima me dijo: me estoy moviendo a tu ritmo.
Señor gobernador
De un pueblo con dolor
Y un niño que no votó
Se está muriendo de pena,
La enfermedad lo condena
Y tú, en tu casa y él, sin Dios.
Hospital, hospital de niños,
Dónde empeñé mi canto al amor
Para brindarte abrigo.
Hospital, entre sueros y vendas,
Cómplices del dolor
De una madre en vela.
No es una tarde más, hoy es un día cualquiera...