Mi ángel de guardia
La otra noche hablé con mi angel de la guarda,
me contó que ya era libre,
que ya no podía rezar.
Él me preguntó
que qué c*** me pasaba,
que arrojaba pensamientos
de desilusión fatal.
Luego se acercó,
me agarró de la mirada,
me escupió en toda la cara
y cantaba sin parar:
Ya vuelvo a estar solo,
mi dueño no tiene amo,
ya soy libre de pecado
y ahora soy un angel más.
Qué desilusión,
cuántos muertos han quedado
de los que ahora siguen vivos
y no paran de rezar.
Yo me marchité,
me pudrí como un cadáver,
como una pobre alma en pena
que sin ángel se quedó.
Ahora quedo yo,
sólo un cuerpo y una mente
que sin Dios ni fe presentes
sigue pidiendo perdón.
Ya vuelvo a estar solo,
mi dueño no tiene amo,
ya soy libre de pecado
y ahora soy un angel más.
Qué desilusión,
cuántos muertos han quedado
de los que ahora siguen vivos
y no paran de rezar.
De rezar...