En un rincón de Chiapas, México, el 11 de abril de 1983, nació Julio César Álvarez Montelongo, conocido artísticamente como Julión Álvarez. Desde pequeño, mostró una inclinación natural hacia la música. Su talento innato y su voz distintiva capturaron la atención de muchos mientras crecía. A pesar de las limitaciones y los desafíos que enfrentó en su juventud, su pasión por la música siempre fue su guía.
A mediados de los 2000, Julión decidió que era hora de dar un paso significativo en su carrera. La oportunidad llegó cuando se unió a la Banda MS de Sergio Lizárraga en 2003. Su tiempo con la banda fue una etapa de aprendizaje y crecimiento personal. Sin embargo, el deseo de forjar su propio camino lo llevó a fundar "Julión Álvarez y Su Norteño Banda" en 2007.
Con una propuesta fresca y auténtica, Julión Álvarez y Su Norteño Banda rápidamente captaron la atención del público. Su estilo, una mezcla impecable de música de banda y norteña, resonó profundamente entre los amantes de la música regional mexicana. “Corazón Mágico” fue uno de sus primeros éxitos, allanando el camino para una serie de lanzamientos que consolidaron su lugar en la industria musical.
EL K-9 agente canino
El perro estaba entrenado, estaba educado a detectar la droga,
de olfato muy delicado buscó en todos lados moviendo la cola,
ya estaba muy enviciado a la goma de amapola.
Ernesto estaba calmado, sentada a su lado su novia Julieta,
el perro desesperado algo había olfateado en la camioneta,
ordenó el uniformado pásenle a aquella caseta.
En la segunda inspección, Ernesto paró la troca,
Julia de mi corazón haber de a como nos toca,
será nuestra perdición si el perro huele la coca.
Aunque era domesticado, ya necesitado aumentó su bravura,
brincó al asiento ladrando, furioso rasgando ya la vestidura,
y empezó a tragar bocados de la cocaína pura.
El Can ya descontrolado, pues se había pasado su furia era tanta,
con el hocico babeante, de aquel vigilante buscó su garganta,
ahí se murió sin soltarlo, como divina venganza.
Se formó la confusión, los otros perros aullaron,
Ernesto se aprovechó, de que nadie los cuidaba,
corriendo se regresó, dejó la troca olvidada.