En el año 2005 en el tranquilo municipio de El Puerto de Santa María, Cádiz, surgió una banda que marcaría la escena del pop rock español contemporáneo: Melocos. Formada por un grupo de amigos de la infancia, la banda estuvo inicialmente compuesta por Jaime Terrón (vocalista), Gonzalo Alcina (guitarrista), Andrés Ortiz (bajista), Antonio Suárez (baterista) y Manu Moyano (guitarrista). La unión de estos jóvenes talentos, influenciados por artistas del ámbito nacional e internacional, creó una química musical única.
En 2006, tras varios meses de ensayos y pequeños conciertos, Melocos grabó su primer álbum de estudio titulado "Melocos", producido por Alejo Stivel. El sencillo "Cada golpe" irrumpió en las listas de éxitos, capturando la atención del público joven y convirtiéndose en un himno. Le siguieron otros éxitos como "Cuando me vaya", una colaboración con Natalia Jiménez (La Quinta Estación).
Recordé, sin querer, cómo era el tacto de tu piel
Y sin duda, aún te llevo en vena
Duermo siempre en el balcón, por donde te vi marchar
Es invierno, y el sol no nos quema
Sigo pensando en vos, la pasión no se acabó
No se apagó
Añoro escuchar tu voz
Derrotado y ganador, fue lo mejor
Duele, muy fuerte, por poder rozarte una vez más
Y he vendido mi suerte
Duele, intenso, tanto que te has quedado a vivir en mi pensamiento
El reloj se paró y la arena nos ahogó a los dos
Pero el tiempo mereció la pena
Y yo nunca te conté que lloraba solo en el salón
Cual torero en su última faena
Sigo pensando en vos, la pasión no se acabó
No se apagó
Añoro escuchar tu voz
Derrotado y ganador, fue lo mejor
Duele, muy fuerte, por poder rozarte una vez más
Y he vendido mi suerte
Duele, intenso, tanto que te has quedado a vivir en mi pensamiento
Sigo pensando en vos, la pasión no se acabó
No se apagó
Añoro escuchar tu voz
Derrotado y ganador, fue lo mejor
Duele, muy fuerte, por poder rozarte una vez más
He vendido mi suerte
Duele, intento, tanto que te has quedado a vivir en mi pensamiento
Recordé, sin querer, como era el tacto de tu piel
Sin duda, aún te llevo en vena