Era es el fascinante resultado de la visión creativa de Eric Lévi, un músico y compositor francés nacido el 23 de diciembre de 1955 en París. Lévi, un virtuoso de múltiples talentos, fundó Era en 1996 buscando una innovadora manera de combinar los sonidos electrónicos contemporáneos con los matices espirituales de los cánticos gregorianos y otros elementos medievales.
El álbum debut, titulado Era, fue lanzado en 1997 y rápidamente captó la atención global. Con temas como Ameno y Enae Volare, que se convirtieron en himnos reconocibles por su poderosa conjunción de coros, instrumentación moderna y letras en pseudo-latín, el disco cosechó un éxito arrollador, alcanzando la cima de las listas de ventas en varios países.
El estilo de Era es una fusión sin igual. Utilizando el latín, aunque en su mayoría ficticio, y mezclando elementos de rock, música new age y electrónica, Era es una experiencia auditiva que evoca un aire de misterio y trascendencia. Su sonido místico se caracteriza por la profunda resonancia de los coros, a menudo ligados a temas históricos y místicos que invitan a la reflexión.
A lo largo de los años, el grupo ha lanzado múltiples álbumes, cada uno aportando nueva profundidad a su estilo. Algunos de los más destacados incluyen:
Carmina Burana
Oh Fortuna,
variable como la Luna
como ella creces sin cesar
o desapareces.
¡Vida detestable!
Un día, jugando,
entristeces a los débiles sentidos,
para llenarles de satisfacción
al día siguiente.
La pobreza y el poder
se derriten como el hielo.
ante tu presencia.
Destino monstruoso
y vacío,
una rueda girando es lo que eres,
si está mal colocada
la salud es vana,
siempre puede ser disuelta,
eclipsada
y velada;
me atormentas también
en la mesa de juego;
mi desnudez regresa
me la trajo tu maldad.
El destino de la salud
y de la virtud
está en contra mía,
es atacado
y destruido
siempre en tu servicio.
En esta hora
sin demora
toquen las cuerdas del corazón;
el destino
derrumba al hombre fuerte
que llora conmigo por tu villanía.
2. Llanto por las ofensas de Fortuna
Lloro por las ofensas de Fortuna
con ojos rebosantes,
porque sus regalos para mí
ella rebeldemente se los lleva.
Verdad es, escrito está,
que la cabeza debe tener cabello
pero frecuentemente sigue
un tiempo de calvicie.
En el trono de Fortuna
yo acostumbraba a sentarme noblemente
con prosperidad
y con flores coronado;
evidentemente mucho prosperé
feliz y afortunado,
ahora me he desplomado de la cima
privado de la gloria.
La rueda de la Fortuna gira;
un hombre es humillado por su caída,
y otro elevado a las alturas.
Todos muy exaltados;
el rey se sienta en la cima,
permítanle evitar la rutina
ya que bajo la rueda leemos
que Hécuba es reina.