En la orilla
Sólo aparentemente cerca,
se lanzan sin una maleta
en busca de una vida como tú.
Sin cien cañones por sus bandas,
sin viento en popa a toda vela,
sólo alguna que otra bufanda
y a pasar ese mal trago.
Empapados y entre lágrimas saladas
cazadores del destino,
ese tacto de la arena entres sus pies
es su mayor enemigo.
Y en la orilla
como el diablo lleva sus armas prenden a correr.
Y en la orilla
multitudes se hacen un eco para no volver.
Y en la orilla
sus barcas desenbarcadas vagan sin merced.
Y en la orilla
se hundieron sueños para no volver.
Sus pensamientos desmontados,
sus sueños duermen embarcados
viviendo entre tormentas e inquietud.
Sus alegría, ilusiones,
sus caprichitos, emociones,
en busca de esperanza arriesgan
entre remos y canciones.
Empapados y entre lágrimas saladas
cazadores del destino,
ese tacto de la arena entres sus pies
es su mayor enemigo.
Y en la orilla
como el diablo lleva sus armas prenden a correr.
Y en la orilla
multitudes se hacen un eco para no volver.
Y en la orilla
sus barcas desenbarcadas vagan sin merced.
Y en la orilla
se hundieron sueños para no volver.
A la orilla van todos sus sueños,
sólo alguno llegará a besar el suelo.
Ese tacto de la arena entre sus pies
les vale más que el dinero.
Y en la orilla
como el diablo lleva sus armas prenden a correr.
Y en la orilla
multitudes se hacen un eco para no volver.
Y en la orilla
sus barcas desenbarcadas vagan sin merced.
Y en la orilla
se hundieron sueños para no volver.
En la orilla,
en su orilla,
en su orilla.
Y en la orilla
como el diablo lleva sus armas prenden a correr.
Y en la orilla
multitudes se hacen un eco para no volver.
Y en la orilla
sus barcas desenbarcadas vagan sin merced.
Y en la orilla
se hundieron sueños para no volver.