Qu lindos y tan ricos sueos,
Que cuando me despisto me despiertan con tus besos
Esos que quedan bajo un whiskey y dos piedras de hielo,
Que todo amante en celo en un bareto ha quedado preso.
Cunto veneno,
Nos ha servido sorbo a sorbo este camarero,
Que har que en la maana se me olviden tus recuerdos,
Del tango que en el Seis Peniques bailamos en fuego.
Qu ms me da,
Si nuestro amor ante ayer ya pinch el hueso,
Como una nia que vive de los excesos,
De un no me quiero nada y solo vivo por mi cuerpo
Qu ms me da,
Si nuestro honor se ha fugado en este encuentro,
De un rayo verde que se esconde en nuestro lecho,
All en el norte
Donde se cumplen los sueos.
Y es tu sonrisa,
La que me hace pensar que esta historia no corre prisa,
Que aunque tus treinta y tantos ni me esperan, ni me avisan,
Podremos de otro sorbo resolver nuestras manas.
No mentira,
Si digo que me pierde tu bondad y sabidura,
Tus eterno buen humor, tus ojos verde aguamarina,
Tus signos de expresin y tu despiste sin medida.
Qu ms me da,
Si nuestro amor ante ayer ya pinch el hueso,
Como una nia que vive de los excesos,
De un no me quiero nada y solo vivo por mi cuerpo
Qu ms me da,
Si nuestro honor se ha fugado en este encuentro,
De un rayo verde que se esconde en nuestro lecho,
All en el norte
Donde se cumplen los sueos.
Y en tu maleta de mi adis tu corazn se durmi,
No supo calmarme tu cancin.
Mesa para dos,
Aunque esta noche soy un alma sin razn.
Qu ms me da,
Si nuestro amor ante ayer ya pinch el hueso,
Como una nia que vive de los excesos,
De un no me quiero nada y solo vivo por mi cuerpo
Qu ms me da,
Si nuestro honor se ha fugado en este encuentro,
De un rayo verde que se esconde en nuestro lecho,
All en el norte
Donde se cumplen los sueos.