En los vibrantes y llenos de ritmo barrios de Puerto Rico, en la primera mitad de la década del 2000, dos jóvenes talentos comenzarían un camino que los llevaría a revolucionar el género del reguetón. Austin Santos, conocido como Arcángel, y Rafael Castillo, mejor conocido como De La Ghetto, se encontraban en la escena musical emergente, ambos destacando por sus estilos únicos y su talento innegable.
Arcángel nació el 23 de diciembre de 1985 en Nueva York, Estados Unidos. Hijo de emigrantes dominicanos, creció escuchando una amplia variedad de géneros musicales, desde salsa hasta R&B, lo que marcó su estilo versátil. Desde joven, mostró pasión por la música y en su adolescencia ya se había mudado a Puerto Rico, el epicentro del reguetón, donde comenzó a grabar sus primeras canciones.
Por otro lado, De La Ghetto, nacido el 17 de septiembre de 1984 en Nueva York, también de ascendencia dominicana, creció influenciado por el movimiento hip-hop y el reguetón que comenzaba a surgir en las calles. Su estilo distintivo y agresivo en sus letras le permitió destacar rápidamente. Tras mudarse a Puerto Rico, su talento no pasó desapercibido y pronto se sumergió en el mundo de la música urbana.
El encuentro de Arcángel y De La Ghetto se materializó en un momento crucial para ambos artistas. La química musical entre ellos era innegable, y rápidamente
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Sí siembras una ilusión
Y la riegas con tu amor
Y el agua de la constancia
Brotará en ti una flor
Y su aroma y su calor
Te arroparán cuando algo vaya mal.
Sí siembras un ideal
En la tierra del quizás
Y lo abonas con la envidia
Será dificil arrancar.
La maldad
De tu alma si a hechó raíz.
Y que mi luz te acompañe
Pues la vida es un jardín
Donde lo bueno y lo malo
Se confunden y es humano
No siempre saber elegir.
Y sí te sientes perdido
Con tus ojos no has de ver.
Hazlo con los de tu alma
Y encontrarás la calma
Tu rosa de los vientos seré.
Sí siembras una amistad
Con mimo plántala
Y abónala con paciencia
Pódala con la verdad
Y transplántala con fe
Pues necesita tiempo y crecer
Sí te embriagas de pasión
Y no enfrías tu corazón
Tartamudearán tus sentidos y quizás
Hablará sólo el calor y no la razón
Es sabio contar hasta diez.
Y que mi luz te acompañe
Pues la vida es un jardín
Donde lo bueno y lo malo
Se confunden y es humano
No siempre saber elegir.
Y sí te sientes perdido
Con tus ojos no has de ver.
Hazlo con los de tu alma
Y encontrarás la calma
Tu rosa de los vientos seré.