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Kendo Kaponi - El Principio Lyrics

El Principio
El Principio
Yeah…
A veces la vida te empuja a ser lo que nunca quisiste ser…
Pero si no eres fuerte, la calle te traga…
Y a mí me tocó aprenderlo a puños y sangre…
Kendo…
Nací en un mundo donde el hambre es mi testigo,
donde el amor no existe y el dolor es un castigo.
Una cuna fría, lágrimas en el pasillo,
mi madre se perdió y me dejó sin un abrigo.
Los orfanatos eran cárceles de niños rotos,
donde aprendí que la vida te enseña a los golpes y a los trozos.
Dormía con demonios que hablaban en mi cabeza,
y cada pesadilla era un reflejo de pobreza.
Me crié entre paredes que nunca fueron mi hogar,
con extraños que decían que me iban a cuidar.
Pero el tiempo me enseñó que todo era mentira,
que el amor es un cuento y la calle es la salida.
A los quince ya sabía lo que era el abandono,
nadie me esperaba en casa, yo era un caso sin retorno.
Me tiré pa’ la avenida con el hambre en la mirada,
aprendí que un corazón sin amor no siente nada.
Las calles me adoptaron y me dieron educación,
un revólver en la mano, una mente sin noción.
La ley del más fuerte, el respeto o la traición,
y el que no se ajusta rápido termina en un cajón.
Yo escribía mis demonios en libretas de la escuela,
pero el lápiz no alimenta cuando el estómago te hiela.
Así que me lancé pa’l ruedo con el alma envenenada,
porque el hambre no pregunta y el miedo no hace nada.
Los años pasaron y la sangre se secó,
los panas que crecieron conmigo el polvo los tragó.
La calle no perdona, siempre cobra lo que das,
y yo daba mi lealtad sin saber que no era igual.
Vi traiciones de cerca, vi el amor como una farsa,
mientras un billete sucio me abrazaba con su garra.
Quise ser distinto, pero el mundo me torció,
y aunque busqué el camino limpio, la sombra me alcanzó.
Ahora miro al cielo y le pregunto a Dios por qué,
por qué a los niños buenos los convierte en Lucifer.
Por qué nos quita todo y nos condena a este papel,
donde el que sufre más es el que debe responder.
Yeah…
La vida no pregunta si estás listo o no…
Te empuja, te arrastra…
Y si no te paras firme, te consume…
Kendo…
Ecos Proféticos!!..