Perdidos de Sinaloa es un grupo que ha dejado una huella indeleble en el panorama de la música regional mexicana. Originarios del estado de Sinaloa, en el noroeste de México, este ensamble ha forjado una carrera que ha traspasado fronteras y generaciones. A continuación, exploraremos su trayectoria, desde sus humildes inicios hasta su consagración como íconos del género.
El grupo se formó en la década de 1990 en Culiacán, la capital de Sinaloa. Los fundadores fueron Pedro Rivera y Lucio Castillo, dos jóvenes amantes de la música que compartían la visión de llevar los sonidos autóctonos de su tierra a un público más amplio. Comenzaron tocando en fiestas locales y pequeñas presentaciones, donde su estilo rápidamente capturó la atención del público.
En sus primeros años, Perdidos de Sinaloa se especializó en tocar corridos, rancheras y orteñas, géneros profundamente arraigados en la cultura regional mexicana. Su autenticidad y pasión les ganaron un público fiel, y empezaron a recibir invitaciones para participar en eventos más grandes.
El lanzamiento de su primer álbum, "Caminos Perdidos", en 1995, marcó un antes y un después en la carrera del grupo. El álbum fue un éxito inmediato, destacándose por su mezcla de letras emotivas y melodías contagiosas. Canciones como "La Vida del Rancho" y "Corazón Sinaloense" se convirtieron en éxitos radiales, y el grupo comenzó a ganar reconocimiento a nivel
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Pocas cosas hacen falta
pa sentirse agustito
tumbadito en la cama
le decía a mi primo.
Una de esas cosas es
que me dejen tranquilo
remojándome los pies
en la cama tumbadito.
Agustito con el cuerpo
con la vida, con el alma
agusto con uno mismo
pocas cosas hacen falta.
Y vivir del amor
que me gira la cabeza
y vivir del corazón
del pecado y de las penas.
Y vivir de la pasión
que me trae tantos problemas
y vivir de las canciones
que me calientan las venas.
Como se puede vivir
sin la pena y la alegría
sin sentirse agustito
con las cosas de la vida.