En 1987, en los suburbios de Buenos Aires, nacía un grupo que con el tiempo se convertiría en un ícono del punk rock en Argentina y América Latina: Ataque 77. La formación original incluía a Mariano Martínez en la guitarra, Danny Schuler en la batería, Adrián Vera en el bajo y Federico Pertusi en la voz. Es un período crucial en la historia del rock nacional, donde la juventud encuentra en la música una válvula para expresar sus inquietudes sociales y políticas.
En 1989, lanzan su primer disco, Dulce Navidad, que, aunque no logra un éxito comercial inmediato, sí les permite ganar un público fiel en la escena underground porteña. Canciones como “Hacelo por mí” y “Más de un millón” se vuelven himnos entre los seguidores del punk local.
El verdadero despegue llega en 1992 con el álbum El cielo puede esperar. Este disco contiene hits como “Espadas y serpientes” y “No te pudiste aguantar”, que comienzan a sonar en las radios y consolidan el nombre de Ataque 77 como referente del género.
La década de los 90 es testigo de la consagración definitiva del grupo. En 1997 lanzan Un día perfecto, un álbum que incluye canciones inolvidables como “Chicos y perros” y “Beatle”. Con este material, logran internacionalizarse, participando en festivales importantes de Latinoamérica y España.
Estos años no estuvieron exentos de dificultades. En 2001, Federico Pertusi decide abandonar la banda.
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La colina de la vida
Casi, casi nada me resulta pasajero,
todo prende de mis sueños
Y se acoplan en mi espalda y así subo
muy tranquilo la colina de la vida
Nunca me creo en la cima o en la gloria,
eso es un gran fantasma
creado por generaciones, pasará
Atascado en el umbral de la vida.
La realidad baila sola en un entierro
Y camina triste por el sueño del mas bueno.
La realidad baila sola en la mentira
Y en un bolsillo tiene amor y alegrías,
un Dios de fantasías, la guerra y la poesía
Tengo de todo para ver y creer
Para obviar o querer
Y muchas veces me encuentro solitario
Llorando en el umbral de la vida
Busco hacer pie en el mundo al revés
Busco algún buen amigo
Para que no me atrapen algún día
temiendo hallarla muerta a la vida.
La realidad duerme sola en un entierro
Y camina triste por el sueño del mas bueno.
La realidad baila sola en la mentira
Y en un bolsillo tiene amor y alegrías,
un Dios de fantasías, la guerra y la poesía